Resulta difícil creer que un negocio que acumula ya ocho décadas de historia sea capaz de seguir reinventándose. Parece que no se trata de algo imposible para La Raza, que este verano se ha propuesto animar las noches transformando por completo el espacio exterior de su restaurante más emblemático, el que le da nombre y que se ubica en pleno corazón del parque de María Luisa. Hace unos días abrió al público La TerraZa de La Raza, que propone una velada de buena gastronomía, cócteles y buen ambiente en el epicentro del ocio nocturno durante estos meses.

Medio siglo lleva este restaurante alimentando a varias generaciones de sevillanos. Ahora, La Raza quiere conquistar también a las generaciones venideras con la apertura de este espacio a un público con ganas de disfrutar de la noche. Tras ser sometida a un profundo proceso de restauración (la decoración ha sido adaptada al nuevo uso), la terraza reabrió con una gran fiesta en la que los asistentes pudieron ser los primeros en disfrutar de una nueva propuesta para las noches más calurosas en la ciudad.

El objetivo del grupo es hacer de este espacio un lugar para disfrutar de una primera copa antes de rendirse de lleno a todas las propuestas que la noche sevillana tiene para públicos de todas las edades. Para ello, no sólo cuenta con su tradicional carta gastronómica, que luce ahora renovada con nuevas tapas y raciones. También han preparado una selección de coctelería que incluye algunos de los sabores más clásicos del verano (mojito, caipiriña o piña colada) así como otros más innovadores.

El cuidado en el servicio y la atención al público, dos de los pilares en los que el grupo ha asentado su trayectoria empresarial durante todos estos años, están también muy presentes en este renovado espacio. Así, la terraza cuenta con servicio de mesa para cenas y cócteles y trabaja con referentes en marcas premium. No obstante, la carta se ha adaptado a la situación actual y los precios son asequibles. La música chill out es la que manda en la terraza, cuya ubicación en pleno parque de María Luisa le garantiza un ambiente fresco incluso en las noches en las que el termómetro no da tregua.