El enoturismo se instala en la Sierra

Tres empresarios, dos de ellos sevillanos, impulsan la novedosa iniciativa Docencuatro El cliente puede acceder a unas cepas de vid y generar su propio caldo, el tinto Bienteveo

El sevillano José Luis Becerra inspecciona la calidad de la plantación, ubicada en uno de los puntos más elevados de la provincia de Huelva.
Dani Gómez

13 de agosto 2014 - 01:00

Producir tu propia cosecha de vino, prácticamente desde casa, es ya posible gracias a la iniciativa puesta en marcha por un grupo de emprendedores en la localidad serrana onubense de Almonaster la Real. Un proyecto que pretende llegar aún más lejos y que se mueve en dos vertientes: por un lado, en la producción vitivinícola en un entorno privilegiado como es la Sierra de Aracena y Picos de Aroche; y, por otro, en el enoturismo de una forma novedosa, haciendo partícipes a los amantes del buen vino de su propia cosecha y producción.

Los responsables de la iniciativa son el empresario y distribuidor de vinos sevillano José Luis Becerra y los empresarios hosteleros Juan Leopoldo Rodríguez, natural de Galaroza, y José Antonio Moral, de Los Palacios. Los tres han realizado en los últimos años un esfuerzo inversor para poner en marcha esta novedosa iniciativa empresarial, con la que al mismo tiempo hacen realidad sus deseos como amantes y aficionados al mundo de los caldos.

La iniciativa, a la que han denominado Docencuatro, se basa en dar la oportunidad a cualquier persona de obtener su propio vino siendo el legítimo propietario de un majuelo de cepas de vid ubicado en un viñedo de Almonaster la Real, lo que garantiza la obtención de, al menos, una docena de botellas de tinto Bienteveo, que por su producción en el entorno natural de la sierra onubense, con un clima y unas condiciones del suelo ideales, muchos enólogos califican ya como el mejor tinto de Huelva.

Para ello, el interesado recibe incluso una escritura de compraventa y un título de propiedad que certifica que es el legítimo propietario por un periodo de un año de un majuelo que incluye al menos cuatro cepas de vid.

El propietario del majuelo podrá personalizarlo eligiendo el nombre que lo diferenciará del resto y que estará bien visible para certificar que se trata de sus cepas. El negocio también le permite hacer un seguimiento visual del viñedo en tiempo real y diario, desde su casa y a través de internet, para comprobar la evolución de las cepas. Pero lo más importante es que además tiene la posibilidad no sólo de visitar física y libremente el viñedo, sino también de adentrarse en el mundo de la enología participando directamente en las distintas labores y procesos de producción, como la vendimia, las catas y los coupages.

Finalmente, el propietario del majuelo obtendrá una docena de botellas de Bienteveo, un vino tinto potente, goloso y bien estructurado, gracias a su delicada acidez, envejecido en barricas nuevas de roble francés y americano y, sin duda, con mucho carácter.

Básicamente, asegura José Luis Becerra, Docencuatro no es más que una forma novedosa de vender doce botellas de vino por adelantado "con la gran diferencia de que le asociamos el valor añadido de que el cliente disfrute del proceso de elaboración". La idea, prosigue, es "acercar la cultura del vino a la gente, no con la típica visita a una bodega, sino conociendo y adentrándose en el origen mismo del vino, desde la producción de la vid en el campo. Y es que, sobre todo en las ciudades, la gente ya no sabe en muchas ocasiones la procedencia de los alimentos que consume a diario".

Para encontrar los orígenes de esta idea hay que remontarse al año 2000. Fue entonces cuando José Luis Becerra (47 años), que lleva ya dos décadas ejerciendo de director-gerente de la empresa familiar comercializadora de vinos que heredó de su familia (Tierra Nuestra), y que cuenta con dos tiendas en Sevilla, una en Huelva, y varios puntos de distribución en Madrid, decidió crear Bodega Cerro San Cristóbal junto con otros dos enamorados del mundo del vino: José Antonio Moral y Juan Leopoldo Rodríguez.

Una vez tomada la decisión, el primer paso fue buscar la localización ideal para que sus vinos tuviesen "cara, cuerpo, alma y espiritualidad", según Becerra. "No vale cualquier sitio -añade- ya que de la materia prima depende el 80% de la calidad de un buen caldo".

Asegura que desde el principio tuvieron muy claro que debía ser un vino andaluz y producido en altura "para ganar en calidad". Es por ello por lo que recorrieron cada rincón de la geografía andaluza en busca del "lugar perfecto". La Porrejona, en la ladera noroeste del Cerro San Cristóbal (Almonaster la Real), cumplía todos esos requisitos. En ella comenzaron a experimentar una viticultura de mínima intervención, que da prioridad a la conservación y a la biodiversidad del entorno, y donde todas las cepas son cultivadas sin riego, "favoreciendo la concentración de aromas y sabores".

De las 60 hectáreas, sólo tienen en cultivo tres por el momento, aunque la intención de estos emprendedores es cultivar un máximo de entre 9 y 12. Y es que actualmente producen unos 40.000 litros de vino al año, siendo su objetivo alcanzar los 100.000. "En el poco tiempo que llevamos produciendo ya obtenemos el mejor tinto de Huelva -asegura Becerra-, de las variedades merlot, tintilla de Rota, syrah y monastrel".

En 2009 vendimiaron su primera cosecha, aún con carácter experimental, de la que obtuvieron unos 4.000 kilos de uva. Siguieron investigando hasta sacar los primeros caldos al mercado en 2013 (con uva de 2011). Fueron 12.000 botellas, aún prácticamente en pruebas, "pero ya siendo el primer vino elaborado profesionalmente en la Sierra de Huelva, el que se obtiene de uvas cultivadas a mayor altitud, y el viñedo más al suroeste de la Península Ibérica".

En definitiva, una zona sin denominación de origen y sin tradición vinícola "pero ideal para conseguir un gran recorrido en el mundo de las microelaboraciones, siempre desde el convencimiento de que las viñas cultivadas en altura, en tierras arenosas, pobres y pedregosas y en ambientes no contaminados con una diversidad biológica intacta dan lugar a vinos originales y de unas calidades organolépticas singulares".

Sus objetivos pasan por obtener vinos con certificación ecológica y que puedan ser incluidos en la indicación geográfica Vinos de Pago Así, afirma Becerra, "nos sentimos totalmente apoyados por el Ayuntamiento", lo cual considera "vital" para el siguiente paso de su "aventura": construir una bodega en el municipio, en una finca que ya han adquirido muy cerca de La Porrejona, con la que esperan "cerrar totalmente el proyecto enoturístico en el que nos embarcamos".

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último