¿Son las princesas Disney un modelo para los niños?

Desde 1937 la compañía cinematográfica ha ido adaptando el rol femenino de sus películas a la evolución de la mujer en la sociedad

Minnie Mouse, en una imagen de archivo.
Minnie Mouse, en una imagen de archivo. / Efe
A. G./P. L.

07 de septiembre 2019 - 12:00

Desde hace unos años no hay niña sobre la faz de la tierra a la que le pregunten quién es su personaje de dibujos preferido y no responda Elsa. Para los que no estén familiarizados con el personaje, Elsa no es otra que la protagonista de Frozen, una princesa Disney que rompe con el arquetipo al que la compañía tiene acostumbrado al espectador.

Elsa, la reina del hielo, no necesita que un príncipe la salve, es autosuficiente, disfruta de su soledad y tiene voz y voto durante la película, al igual que Mérida, la protagonista de Brave. Ambos personajes han supuesto un antes y un después en los roles femeninos a los que Disney tiene acostumbrados pero, a su vez, hace que muchos se replanteen el papel de la mujer en las películas de Disney desde que la compañía comenzó su andadura.

Por este motivo, la Universidad de Granada ha realizado un estudio sobre la capacidad de liderar de las princesas Disney, esos populares personajes de ficción que tantas horas se pasan en la pantalla de la televisión cuando en el hogar hay niños pequeños. El estudio ha analizado 621 papeles de ambos sexos en 163 series de dibujos animados y revela los estereotipos negativos con los que se relacionan a los personaje femeninos en las series, así como sus papeles secundarios.

Sólo 3 de cada 10 personajes son mujeres

Efectivamente, son muy pocas las veces en las que se puede ver a una mujer como protagonista principal de alguna serie o película animada. Además, el 66,4% de los personajes son chicos, es decir, hay una chica por cada dos chicos, y el papel de estas está desplazado, en la mayoría de ocasiones, al de novia, madre o acompañante del protagonista o del villano.

Las series, tal y como dicen los investigadores, destacan a las mujeres como personas histéricas y consumistas. Esto se puede demostrar en Monster High como ejemplo de la nefasta imagen que los dibujos animados transmiten de la mujer, "con unas protagonistas absolutamente superficiales que van al instituto en tacones y muy maquilladas, que siempre están hablando de su imagen y cuya mayor preocupación es conquistar a los chicos", afirman los expertos. Otro ejemplo de este tipo de protagonistas es la madre de Shin Chan, una mujer histérica, gritona y loca de las rebajas.

Asimismo, por norma general, los personajes femeninos muestran un físico sano, a veces excesivamente delgadas, una característica que no está presente en los hombres. Solamente un porcentaje pequeño de mujeres, en su mayoría de avanzada edad, presentan sobrepeso, lo cual en los hombres es más raro verlo.

Concluyendo, los autores del estudio también extraen una importante conclusión y es que "es impactante que la inmensa mayoría son de raza blanca, y en contadísimas ocasiones aparece un protagonista negro, chino o sudamericano. Esto significa que existe aún una lejanía no sólo en el tratamiento igualitario entre sexos, sino también entre razas", advierten los autores.

Cuatro princesas, cuatro roles

Blancanieves

Es la más anodina de las princesas Disney. Personaje completamente plano, el de Blancanieves cumple todos los estereotipos de mujer sumisa, apocada y resignada a su destino con un galán que la salve. Hay que tener en cuenta que Disney estrenó esta película en 1937, cuando la visión que se tenía de la mujer era diamentralmente opuesta. Aunque muchas mujeres luchasen por romper esquemas, la visión que se quería dar de ellas en un cine hecho en su mayoría por hombres era la de mujeres sin voz, voto o ideas.

Ariel

La sirenita pertenece a la segunda etapa de la compañía y se presenta como un supuesto punto de inflexión en las películas Disney. Ariel es protagonista absoluta de la película y toda la acción gira en torno a ella. Pero, ¿cuál es el problema? La cinta deja bien claro desde el principio que a los hombres les gustan las mujeres calladas porque lo único relevante es su físico. De ahí que Ariel renuncie a su voz para tener un par de piernas con las que visitar a su amado. Aunque hay que señalar que la princesa pelirroja ya soñaba con pisar tierra firme antes de enamorarse. Al estereotipo de mujer callada se une el de mala y perversa, representado por la antagonista, Úrsula. Cada una lucha por sus objetivos pero al final es el príncipe el que resuelve la situación.

Mulán

Fue la princesa preferida de muchas niñas a finales de los noventa. Mulán, una joven decidida y al margen de lo socialmente establecido en la China Imperial, se alista en el ejército para salvar a su padre de una muerte asegurada y termina por salvar a toda China y a su emperador de los hunos. Durante toda la película, la valiente princesa demuestra su valor e inteligencia bajo la apariencia de un hombre para terminar de demostrar su valía delante de toda China como mujer. Mulán no sólo deja boquiabiertos a sus compañeros de batallón, que piensan en las mujeres como seres delicados, también al propio emperador, que quiere contar con ella entre sus consejero. Al final la muchacha regresa a su casa con su familia y se enamora del apuesto capitán, un final predecible para Disney pero que ya sentaba las bases para todo lo que vendría después.

Mérida

El nombre de la película ya habla por sí solo, Brave (valiente en español). Mérida, su protagonista, es una joven con ideales y fuertes convicciones que no está dispuesta a cumplir con arcaicas tradiciones que pongan en juego sus sueños y preferencias. Ante la obligación de casarse, Mérida se impone a su familia con argumentos y usando la inteligencia. ¿El precio a pagar? La enemistad con su madre y una progenitora convertida en oso. Por segunda vez, Disney aborda el amor desde un punto de vista, en este caso materno-filial, y de una forma mucho más profunda que en anteriores ocasiones. Respeto, tolerancia, compromiso y libertad son valores que se trabajan en esta cinta cuyo final contiene un felices para siempre que no acaba en boda.

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