Etapa 5 del Camino Olvidado: Santelices-Arija | Una playa en el Ebro como meta

El recorrido va cambiando a cada paso: los bosques de Las Merindades van quedando poco a poco atrás. El final es en un pueblo con unas bonitas playas a orillas de un embalse.

Etapa anterior: Espinosa de los Monteros-Santelices

Inicio desde Bilbao (etapa 1)

Playas de arena blanca en la orilla del Embalse del Ebro.
Playas de arena blanca en la orilla del Embalse del Ebro. / Emilio J. de los Santos

Tras la intensa cuarta etapa del Camino Olvidado, el trayecto entre Santelices y Arija resultará más llevadero. El sendero continúa serpenteando a través de un paisaje encantador, especialmente en su primer tramo, donde avanzaremos por una antigua vía ferroviaria, hoy convertida en un Camino Natural, al pie del macizo rocoso del Cerro de la Muela y del Portillo de Santelices. El entorno se transformará gradualmente a medida que nos acerquemos al Embalse del Ebro, punto final de esta jornada, justo en la linde con Cantabria.

Powered by Wikiloc

Las indicaciones del Camino Olvidado nos guían desde Santelices por el Camino Natural Santander-Mediterráneo, que sigue el trazado de la antigua línea de ferrocarril Burgos-La Engaña. El sendero discurre al pie de una imponente pared caliza, en cuya superficie distinguiremos numerosas cuevas, testimonio de su origen kárstico. Se trata de una zona muy frecuentada por escaladores, con abundantes vías ferratas.

Inicio del Camino Natural a la salida de Santelices.
Inicio del Camino Natural a la salida de Santelices. / Emilio J. de los Santos

Caminamos en dirección sur, dejando atrás varias áreas de estacionamiento para autocaravanas. A 1,2 kilómetros del inicio, cruzamos el río Engaña por un elevado viaducto. Ofrece buenas vistas de las inmediaciones. Proseguimos un kilómetro más por la vía verde y, poco después de dejar a un lado San Martín de las Ollas, abandonamos el Camino Natural. Una senda más estrecha y sinuosa se adentra en el bosque para vadear el arroyo de la Matía e iniciar un ascenso bastante pronunciado. Esta será la cuesta más exigente de la etapa: en 2,5 kilómetros ascenderemos un total de 240 metros. Es preciso tener precaución, ya que el terreno presenta tramos irregulares debido a la escorrentía y zonas pedregosas.

Vistas desde el viaducto de Santelices.
Vistas desde el viaducto de Santelices. / Emilio J. De los Santos

A 500 metros del arroyo de la Matía, debemos girar a la derecha en el carril que se interseca: es el Camino Quintanabaldo. Siguiéndolo, alcanzamos la cota más alta de la subida, justo al conectar con la carretera BU-526. La tomamos hacia la izquierda hasta llegar al pueblo de Argomedo. El recorrido por sus calles describe un giro brusco en la plaza donde se encuentra una fuente de piedra, punto en el que abandonamos la carretera para tomar la calle Barrio la Torre.

Zona pedregosa en la subida a Argomedo.
Zona pedregosa en la subida a Argomedo. / Emilio J. de los Santos

Dejamos atrás la población. En el próximo cruce, ignoramos las opciones asfaltadas para continuar de frente por la vereda de tierra, internándonos en un bosque que por momentos se torna muy denso. Observaremos cómo el terreno se va volviendo cada vez más escarpado. Desde nuestra salida de Argomedo, avanzaremos en descenso, con algunas rampas de notable inclinación. Bajamos en busca de la pasarela metálica que cruza el arroyo Saúl.

La parte de bajada presenta algunas zonas con bastante inclinación.
La parte de bajada presenta algunas zonas con bastante inclinación. / Emilio J. de los Santos

Guiados en parte por el GR-85, en un tramo también conocido como Camino de la Cueva, nos adentramos en un desfiladero. En algunos puntos caminaremos junto a una alta pared de roca natural, constituyendo sin duda la parte más interesante de esta etapa. El trazado describe curvas suaves que siguen los meandros del arroyo Saúl, que siempre tendremos a nuestra derecha bajo una densa vegetación de ribera. Tras poco más de un kilómetro, el paisaje se allana de sopetón y se abre, dejándonos ante la localidad de Soncillo.

Avanzando por el Camino de la Cueva.
Avanzando por el Camino de la Cueva. / Emilio J. de los Santos

Atravesamos un descampado y tomamos la calle Diputación Provincial, ya rodeados de edificios, alcanzando así el casco urbano. Por aquí, tendremos disponibles varios bares y tiendas. Continuamos por la calle Rodríguez de Valcárcel, que nos saca del municipio y se transforma en la N-232. Caminamos por su arcén durante algo más de un kilómetro.

Salimos de la carretera por esta senda de tierra.
Salimos de la carretera por esta senda de tierra. / Emilio J. de los Santos

Las indicaciones nos desvían hacia la izquierda, poco después de pasar el Humilladero de Jesús Crucificado, un pequeño templete situado al margen de la carretera. Abandonamos la calzada hacia un camino de tierra que atraviesa una extensa pradera. Enlazaremos varias encrucijadas. En la primera, giramos a la derecha. Tras superar el arroyo de Posadas y tomar una curva a la derecha, seguimos de frente en el siguiente cruce para doblar a la izquierda en el próximo. Pasada la recta, nos incorporamos al ramal de la izquierda, en dirección al pueblo de Virtus.

El Castillo de Virtus.
El Castillo de Virtus. / Emilio J. de los Santos

Cruzamos la carretera local BU-V-5791, dirigiéndonos hacia la imponente fortaleza gótica que domina esta localidad. Sólo se puede ver desde fuera. Tomamos la calle que desciende frente al castillo y, al fondo, giramos a la izquierda, iniciando un corto ascenso por un camino asfaltado. Al pasar un edificio en una esquina, viramos otra vez a la izquierda en la bifurcación inmediata.

Bonito sendero flanqueado por muretes.
Bonito sendero flanqueado por muretes. / Emilio J. de los Santos

Caminamos sin dificultad por el carril principal, siempre con campos de cultivo a la izquierda y una línea de bosque a la derecha. Descubrimos la antigua Iglesia de Santa Juliana, con un aspecto semi derruido. Ante su puerta nace una trocha flanqueada por muros bajos que nos guía por el límite de otra arboleda. Es posible que avistemos numerosos caballos en esta zona. Pronto llegamos a Cilleruelo de Bezana, otro pueblo bastante bien equipado, con todos sus servicios situados a orillas de la N-623.

En esta zona ya empezamos a ver la cría de caballos. En Cantabria será más habitual.
En esta zona ya empezamos a ver la cría de caballos. En Cantabria será más habitual. / Emilio J. de los Santos

Tomamos la calle Santa Juliana a la izquierda y describimos un amplio arco que desemboca en una plaza donde se encuentran la junta vecinal, la nueva Iglesia de Santa Juliana y la carretera mencionada antes. Cruzamos la Nacional y seguimos las flechas que van a Quintanilla de San Román. Al dejar atrás una zona con casas más modernas, salimos del municipio. De esta forma, hemos completado 16 kilómetros del trayecto.

Tras Cilleruelo de Bezana, el paisaje cambia notablemente.
Tras Cilleruelo de Bezana, el paisaje cambia notablemente. / Emilio J. de los Santos

Abandonamos Cilleruelo de Bezana por la carretera local BU-V-6422. Su calzada tiene un asfalto en mal estado, aunque el tráfico es muy escaso. Entre las ondulaciones de los cerros de Montelío y El Serrato, nos situamos al pie de los Montes Carrales, una zona donde el viento sopla con fuerza, como atestiguan los parques eólicos que coronan los collados.

La zona es muy ventosa. Siempre veremos arriba aerogeneradores.
La zona es muy ventosa. Siempre veremos arriba aerogeneradores. / Emilio J. de los Santos

El paisaje experimenta un cambio notable. Disminuye la presencia de bosques, se impone el matorral y se abren amplias vistas panorámicas que nos permiten contemplar con claridad los cerros circundantes. Las Merindades van quedando poco a poco atrás mientras nos acercamos al límite con Cantabria.

Iglesia de San Esteban en Quintanilla de San Román.
Iglesia de San Esteban en Quintanilla de San Román. / Emilio J. de los Santos

Siguiendo la estrecha carretera, visitamos primero Quintanilla de San Román y, un kilómetro después, Villamediana de San Román. En esta última aldea, abandonamos el asfalto y tomamos un sendero de tierra que nos conduce a Herbosa. Justo al entrar en la tranquila aldea, tomamos la primera calle a la izquierda y cruzamos otra carretera para enfilar una recta.

Camino hacia Arija.
Camino hacia Arija. / Emilio J. de los Santos

El camino atraviesa el paraje de Prado Cotejón y nos lleva ante la Ermita de Río Cavado. A unos 500 metros del templo, encontramos una nueva encrucijada. Giramos a la derecha y cortamos la carretera BU-642 para visitar San Vicente de Villamezán. La calle serpentea ligeramente antes de continuar por otra vereda recta con una nueva intersección de caminos al final, a los pies de la redondeada Peña Orada. Volvemos a girar a la derecha.

Ermita de Río Cavado
Ermita de Río Cavado / Emilio J. de los Santos

Poco a poco, vamos obteniendo una visión clara del enorme Embalse del Ebro y del pueblo de Arija, nuestro destino, situado en su orilla. Esta localidad, la última de Burgos, se divide en dos núcleos. Pararemos en el Barrio de Vilga, que originalmente era el que albergaba a los obreros de la presa y aún mantiene varias de las casas que fueron destinadas a los trabajadores. Actualmente, es una zona turística, muy enfocada a actividades lúdicas náuticas aprovechando el pantano y contando con un buen camping. No obstante, también hay una fábrica de áridos que desluce parcialmente el paisaje por el lado este.

Entrada a Arija.
Entrada a Arija. / Emilio J. de los Santos

El Embalse del Ebro, también conocido como de Reinosa o de Arija, se localiza en el curso alto de este río y es el tercero en capacidad de su cuenca hidrográfica. Se empezó a construir en 1921, pero no se inauguró hasta 1952. Su función principal es recoger las aguas de la Cordillera Cantábrica, que podremos contemplar con nitidez si dirigimos nuestra mirada hacia el norte desde Arija.

El Embalse del Ebro.
El Embalse del Ebro. / Emilio J. de los Santos

La localidad donde finalizamos la etapa alberga varias playas de arena fina a orillas de este extenso pantano, convirtiéndola en un lugar de descanso ideal si decidimos realizar este Camino Olvidado durante el verano.

stats