el resto del tintero

El PP pierde el centro

  • La serie histórica de los sondeos del IESA desde el año 2000 indica un cambio de tendencia, donde los populares retroceden a posiciones históricas en todos los ámbitos. El PP cae casi 30 puntos en intención de voto directa entre los electores que se declaran de centro derecha, una franja, incluido el centro puro, donde el PSOE sube tímidamente.

LAS elecciones se han ganado siempre por el centro, donde habitan con leves oscilaciones la mayor parte de los votantes. O quizás, para ser más precisos, habría que matizar que sin esta zona templada, no hay victoria posible. Sin la conquista de las clases urbanas, que en el caso andaluz provenían ideológicamente de la izquierda por razones históricas, el PP de Javier Arenas hubiera seguido siendo la vieja Alianza Popular que Aznar comenzó a renovar en el congreso de Sevilla de 1989. Primero, fueron las ciudades del litoral, después las capitales; le siguieron los grandes pueblos del interior donde la clase media dejó de ser rural para convertirse en urbana, y casi iguala al PSOE en las poblaciones más pequeñas, aquellas de menos de 5.000 habitantes. Este corrimiento hacia el centro del PP le procuró ganar por votos las elecciones municipales y generales de 2011 en Andalucía, así como las autonómicas de 2012, aunque estas últimas de modo insuficiente. Sin embargo, todo ha cambiado en algo menos de un año todo. Una de las grandes virtudes de los sondeos electorales es la visualización de las tendencias de voto, y un análisis de todas las encuestas anuales elaboradas por el Instituto de estudios Sociales Avanzados (IESA) desde el año 2000 permite observar con todo detalle de dónde procede el descalabro del PP andaluz en el último barómetro de este centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

En estos momentos, el PP andaluz pierde votos desde todos los ámbitos. Hace aguas. Se le van los electores jóvenes, los más mayores que nunca tuvo del todo, el voto urbano y, lo que es más importante, se le esfuma el centro. Digamos que pierde por lo civil y por lo militar, y que es eso lo que ha vuelto a colocar al PSOE en una posición holgada frente a sus competidores; a 8,5 puntos de diferencia, según el sondeo de 2012. La causa, sin duda, es la crisis; el modo de afrontarla por el Gobierno central y, en especial, la desesperanza que se ha instalado en la población sobre la salida de ésta, pero el efecto es que los populares retroceden en todos los campos, básicamente en el centro, la parte mollar del electorado andaluz.

Pero los populares padecen un doble efecto. Pierden electores de la parte más templada de los votantes andaluces, pero, como la física enseña, la posición del observador influye en las coordenadas del observado. Esto es, que para los sondeados del último barómetro del IESA el PP se ha desplazado hacia la derecha: si hasta ahora los consultados opinaban que los populares estaban en el centro derecha, ahora contestan que están en la derecha. Incluso lo sitúan en una posición algo más extrema que a IU, aunque en el lado opuesto, y es que si algo enseña el sondeo es, posiblemente, un escoramiento del electorado andaluz, muy preocupado ahora por el deterioro de la educación y la sanidad pública, dos de las políticas más valoradas por los electores. Las joyas de la corona.

El 65% de los andaluces se consideran de centro, y sólo un 8,6% se define de izquierdas, mientras un 11,2% de derechas. A partir del estallido de la crisis económica, a mediados de 2007, el PP andaluz comenzó a hacerse con el centro. Tal como se aprecia en el gráfico que muestra el deseo de los andaluces sondeados por el IESA, en 2008 los encuestados que se consideraban de centro ya preferían de modo mayoritario que el PP ganase las elecciones en Andalucía. La brecha se abrió hasta alcanzar un máximo en 2010, cuando a ambos partidos les separaban 21 puntos de diferencia. Después de que Mariano Rajoy ganase las elecciones y comenzase a aplicar un conjunto de reformas que, incluso, contradecían su propio programa electoral, el PP cayó de modo brusco hasta lo encontrado en el sondeo de este año: ambos partidos están, prácticamente, empatados en esta franja del electorado.

La incógnita que no puede aclarar este proceso histórico del IESA es si el retroceso de los populares es coyuntural, es decir, que se debe sólo al efecto de la crisis, o si es duradera. Parte de la respuesta se encontrará en las posibles mediciones de trasvase de votos. Mientras los antiguos electores del PP permanezcan en la abstención, este partido siempre podrá recuperarlos, pero si hay una decisión de cambio a otra formación, la situación de irreversebilidad será la más probable.

En este sentido, es interesante comprobar cómo están actuando los futuros electores en función de su posición ideológica. Así, el PSOE, que, como se ha explicado, se beneficia básicamente de la caída de los populares, sí comienza a ganar votantes del centro y del centro derecha, lo que indicaría que, al menos de momento y aunque de una manera muy tímida, sí hay un trasvase de votos desde el PP hacia los socialistas. De hecho, el partido del presidente de la Junta, José Antonio Griñán, mantiene fiel su electorado de centro más puro en un 19,2% de intención directa de voto. Es decir, que casi dos de cada 10 encuestados que se autoposicionan en el centro aseguran que votarían al PSOE, prácticamente lo mismo que ocurre ahora con el PP. Sí ganan los socialistas algunos puntos entre aquellos que se declaran de centro derecha, mientras que la caída de intención directa de voto entre los de izquierda y centro izquierda indicaría que esos apoyos se los está llevando Izquierda Unida, la formación más beneficiada según el sondeo del IESA del año 2012. Es decir, que IU está aprovechando su participación en el Gobierno de coalición: lejos de debilitarla, la fortalece, si bien hay que aclarar que la mitad de los sondeados desconoce la existencia de este pacto en el Ejecutivo andaluz.

El PP, sin embargo, pierde apoyos en todos los estratos ideológicos, aunque lo más grave se da en el centro derecha. Si en 2011, ocho de cada 10 votantes de centro derecha mantenían que votarían al PP, la cifra ha caído ahora hasta los cinco. Incluso, el voto de derecha, que es prácticamente hegemónico de este partido, también se le resiente, lo que podría indicar un desafecto de este tipo de elector con las medidas impositivas del Gobierno, tales como la subida del IVA o del IRPF, contrarios en esencia a su programa electoral donde se defendía que el incremento de impuestos sólo conducía a la recesión y a mayor desempleo.

La línea descendente de los populares es aún más asombrosa cuando se cruza la intención directa de voto con el tamaño de la población donde vive el elector. En este caso -gráficos de la parte inferior- se observa cómo el PP andaluz comenzó a superar al PSOE en 2007 en las ciudades de más de 100.000 habitantes, para ir ganando en años sucesivos las poblaciones más pequeñas hasta casi quedar igualado en los pueblos en 2010. Sin embargo, al día de hoy, el PP perdería en todo tipo de municipio y sólo quedaría en un empate técnico en las ciudades de más de 100.000 habitantes. Algo similar ocurre con los tramos de edad, donde la caída popular es más significativa entre los electores más jóvenes.

Sólo sondeos posteriores permitirán conocer si esta pérdida del centro es coyuntural o irreversible.

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