Resta apenas una semana para el cierre del mercado y en el Betis no descartan la llegada de un centrocampista o, incluso, un extremo derecho, toda vez que Agra no es más que el primer fichaje del curso venidero. Está complicado y sólo habrá contratación si se pone a tiro algún futbolista irrechazable, máxime cuando la principal opción, que es Granero, no está definitivamente descartada aunque sí dificilísima.

Cuando la llegada del centrocampista madridista hace diez días estaba muy cercana tras haber sido convencido por el propio Mel en diversas conversaciones telefónicas, se lesionó Khedira frente al Málaga y, en principio, se cerró la puerta. Era un fichaje de consenso. El propio Roberto Ríos, tras arrancarle Mel el sí al jugador, habló con su amigo Aitor Karanka para conocer de primera mano la opinión del Madrid, positiva entonces porque el centrocampista de Pozuelo de Alarcón apenas entraba en los planes de José Mourinho.

Ya el 17 de diciembre, víspera del Atlético-Betis, Miguel Guillén y el entrenador bético se reunieron en Madrid con el representante de Granero. El Betis pagaría un millón de euros al jugador por su cesión hasta mayo y el Madrid incluso le compensaba los 200.000 que había de desfase. El club merengue se guardaba una cláusula penalizadora para que jugase el mayor número de partidos.

Ahora parece imposible, pero si no juega hoy ante el Barça ni frente al Zaragoza el sábado...