Hazaña manchega en Kiel

El Ciudad Real logró su segunda Liga de Campeones al vencer en Kiel por 25-31, y obtener seis goles de diferencia que cercenaban la ventaja alemana, que en la ida, en el Quijote Arena, venció por dos (27-29). De este modo, los manchegos arrebatan el cetro máximo continental al Kiel.

Para lograr este segundo título hubo que apelar a la épica, ya que los de Dujshebaev se presentaban con las bajas de Rutenka y Davis, y con Uríos y Metlicic entre algodones. Luchó contra la historia, ya que en esta competición ningún finalista había conseguido remontar a domicilio una derrota en la ida de la eliminatoria. Y Ciudad Real entró en la historia, imponiéndose en el Sparkassen Arena, conocido como el Infierno del Norte, ante 11.000 espectadores.

El inicio fue el soñado. El Ciudad Real ya tenía igualada la eliminatoria en el minuto 4, tras un parcial 0-2, con goles de Stefansson y de García Parrondo, que ampliaron en el 6 a tres, 1-4, con ataques largos y un buen repliegue defensivo.

Arpad Sterbik hizo hasta ocho paradas en este periodo y aburrió al ataque del Kiel, que suelen marcar hasta 40 goles en cada partido. Pero los árbitros empezaron a apretar las distancias y, con una exclusión a Stefansson y un penalti inexistente, el Kiel igualó en el minuto 18 (7-7).

Con un parcial de 0-2, el Ciudad Real devolvió la ventaja de dos, pero los alemanes neutralizaron pronto la renta para empatar a 9. En el minuto 24, el Kiel se puso arriba por primera vez (12-11), ampliando a dos a falta de cuatro minutos, pero un 0-4 de los manchegos dejaron el resultado en 13-15 al descanso, con un excepcional Stefansson, que marcó 9 goles en la primera parte.

En la reanudación, un nuevo gol de Stefansson colocó el 13-16, ampliándolo Kallman en el 37, 14-18. El Kiel pudo recortar a 17-19, apretando de nuevo los dientes los manchegos para recuperar los 4 de renta: 17-21.

En el 46, Kallman colocó al Ciudad Real 5 arriba (18-23), que acortó Karabatic casi de inmediato, aunque el Ciudad Real no se descompuso, con una buena defensa y un ataque largo y seleccionado para mantener las distancias entre los 4 y los 5 goles, que se acortó a 3 en el 53: 22-25.

El Ciudad Real volvió a marcar muy rápido gracias al acierto de Laen y Kallman (22-27), a falta de 5 minutos, teniendo el sueño cada vez más cercano. Aunque Klein marcó el 23-27 y Kallman el 23-28, pese a un error en el lanzamiento de Zorman y una nueve exclusión de Stefansson, con tres minutos para el final, Pajovic elevó a 6 la ventaja (23-29), cayendo lesionado Morros y siendo Zorman excluido a falta de 1.20 minutos.

De nuevo Pajovic recuperó la media docena de goles a su favor (24-30), a falta sólo de 45 segundos. Entonces Zeitz, en una entrada en 6 metros, enganchó a Entrerríos y le golpeó, liándose una trifulca entre los jugadores, que concluyó con Dinart y Pajovic expulsados con tarjeta roja.

Los festejos fueron por todo lo alto en la pista, con toda la plantilla abrazada junto al entrenador celebrando el segundo título de la Liga de Campeones para el Ciudad Real.