Juegue como juegue, Gary Medel se gana siempre el aplauso de la grada. Sus rasgos patibularios, su extracción social arrabalera, su ímpetu a veces excesivo y esa garra que tanto agradece el aficionado y que lo encumbraron en Boca Juniors ya lo habían convertido en un héroe en Nervión desde su irrupción en enero de 2011. Incluso en malos partidos, una carrera suya para rebañar un balón imposible bastaba para hacerse perdonar los desajustes que muchas veces ha provocado su desorden táctico. Pero ayer se ganó el sueldo a lo grande y ratificó su condición de superhéroe de barrio. Kiko Veneno les dedicó la canción a tipos como Medel, que ayer les brindó tres goles, tres, a los animosos chicos de Gol Norte.

Su triplete fue el segundo de un futbolista chileno en la Liga, tras los dos que consiguió Zamorano con el Real Madrid, uno precisamente ante el Sevilla, donde fue el precedente andino de Medel, y otro ante el Barcelona. Aunque Zamorano, otrora ídolo de la parroquia nervionense, no tenía nada que ver con Medel, actual icono de una afición que siempre se identificó con los futbolistas raciales, con la casta y el coraje que argumenta como símbolos el himno de Osquiguilea de Roncales, el de 1983 con el característico son entre lúdico y militar, el mismo que la grada entona de vez en cuando pese a la tiranía que instauró El Arrebato en 2005.

Con estos tres goles, el medio centro sevillista se confirma como algo más que un futbolista que amilana al contrario con su carácter. Unai Emery ha logrado dibujar otro Sevilla tácticamente dando más libertad a los laterales y dinamismo a los extremos para que funcionen como interiores, lo que posibilita mucha movilidad en los tres cuartos de campo. Con Kondogbia de escudero, Medel se suelta más en ataque y ayer aprovechó además la excesiva pasividad de los mediocampistas contrarios para asomarse al área una y otra vez, en busca de la sorpresa de la segunda línea que tantas veces reclamó Míchel y tan pocas consiguió. La conjunción de todas estas variantes deparó dos goles similares, con sendos centros de Coke y Alberto Moreno. Y otro tanto más en el que Jesús Navas, desde la posición de interior, dio un excelente pase de la muerte que remachó el chileno con un no menos soberbio remate cruzado.

Habrá quien discuta el triplete de Medel, porque en realidad quien remató el excelente centro de Coke en el 1-0 fue Rakitic. Pero, con el reglamento en la mano, si un jugador del mismo equipo desvía a gol el remate de un compañero, debe ser apuntado a aquél y no a éste. Asimismo, el reglamento también es claro en el asunto de las manos, que no deben ser sancionadas como falta si no hay voluntariedad. El gol es suyo y es legal.

Siete tantos acumula ya el chileno esta temporada. Seis en Liga gracias a los que sumó antes en Zaragoza y San Sebastián, que no valieron de nada, y frente al Granada. Y otro más en la Copa, en la goleada ante el Mallorca. Cuatro de ellos los ha hecho ya con Emery en el banquillo. Y los tres de ayer, además de suponer la victoria, sirvieron de rúbrica a la escenificación de la paz en Gol Norte. Doble dicha, o triple.