El domingo se producirá un nuevo reencuentro del sevillismo con el entrenador que más controversia suscitó durante su estancia en el Sevilla en años. Manolo Jiménez vuelve a Nervión y lo hace coincidiendo con la peor racha a domicilio de los nervionenses, que sólo han sumado 7 puntos en los 14 partidos que ha disputado hasta fuera de casa, los empates en Granada, Vallecas y Cornellà y la victoria en La Coruña de Míchel y el punto que logró Unai Emery en su debut liguero en Getafe. Al Sevilla se le están escapando sus opciones europeas por su endeblez como forastero, una realidad que se ha ido acrecentando precisamente desde la marcha de Jiménez en 2010.

Pese a todas las polémicas que suscitó su estancia en Nervión, una realidad que José María del Nido calificó de "problema sociológico", lo que es absolutamente indiscutible del técnico de Arahal es que hizo fuerte y respetable al Sevilla lejos del Ramón Sánchez-Pizjuán. Al ahora técnico zaragocista se le discutían sus decisiones técnicas, la estética de su juego y, sobre todo, su suerte dispar en las eliminatorias europeas o de Copa. Pero sus números como visitante han quedado grabados en oro con ese récord que logró en su mejor temporada, cuando clasificó directamente al Sevilla a la Champions como tercero con una jornada de antelación. Aquel curso su equipo era temible a domicilio: logró 10 victorias y 5 empates y sólo encajó 4 derrotas, para sumar unos astronómicos 35 puntos (26 goles a favor y 19 en contra).

Fuera de casa, el Sevilla se caracterizaba por cerrar los partidos y hacer un fútbol práctico, aunque a veces incluso se vieran encuentros muy abiertos como el recordado triunfo en el Santiago Bernabéu por 3-4. Esta estadística favorable no sólo adorna el mejor curso de Jiménez en el Sevilla. En la temporada que dio relevo a Juande Ramos metió al equipo en la UEFA gracias a un gran sprint final y a sus buenos números como foráneo: en 15 partidos sumó 20 puntos (6 victorias, un empate y 7 derrotas).

Y en la campaña 09-10 sumó 18 puntos en 13 partidos (6 victorias y 7 derrotas) antes de ser relevado por Antonio Álvarez.

Ni el mejor Sevilla de la historia, aquel que en la campaña 06-07 ganó la UEFA, la Copa del Rey y terminó tercero tras pugnar por el título con Madrid y Barcelona, ganaba tanto fuera de casa. Aquel curso, el equipo de Juande Ramos acumuló la nada despreciable cantidad de 24 puntos a domicilio, sobre todo en la primera vuelta, gracias a 6 victorias y 6 empates, y encajó sólo 7 derrotas.

Jiménez llegó a los 24 puntos también la temporada en la que sustituyó a Juande. Y en la campaña 09-10, el de Arahal y Antonio Álvarez llegaron a 27, superando los 24 que el técnico manchego en aquel glorioso curso 06-07.

Desde entonces, nada ha sido igual para el Sevilla fuera de casa. Sólo Gregorio Manzano, cuando dio el relevo a Álvarez en 2010, sumó unos dignos números a domicilio, con una plantilla que todavía mantenía puntales importantes de la etapa gloriosa. El jiennense logró meter al equipo en la Liga Europa como quinto, en gran parte por su buen desempeño como visitante: 18 puntos en 16 partidos (5 victorias, 3 empates y 8 derrotas). A partir de ahí, la trayectoria del Sevilla como foráneo ha sido claramente descendente.

En esto tiene muchísimo que ver el paulatino descenso de nivel de la plantilla. Emery, por ejemplo, no logra enderezar el rumbo del Sevilla fuera de Nervión y sin embargo en el Valencia firmó unos números espectaculares como visitante. Si Jiménez logró entre 2007 y 2010 nada menos que 73 puntos en 47 partidos a domicilio, el guipuzcoano incluso lo supera. Entre 2009 y 2012 sumó 87 puntos en 57 partidos como foráneo. Y en la 10-11 llegó al tope de 36 puntos. Evidentemente, el nivel de ese Valencia que fue tercero durante sus tres temporadas al frente era bastante superior al de este Sevilla que adolece de falta de personalidad, de oficio y de carácter lejos de casa.