Manu del Moral ha pasado de ser el segundo goleador del Sevilla y uno de los hombres más usados por el entrenador, tanto Marcelino como Míchel, a un futbolista que crispa al aficionado sevillista. En sólo un año, el atacante jiennense, que llegó a ser convocado por Del Bosque recién fichado por el club de Nervión, ha caído desde la cima a la sima.

El curso pasado logró su mejor registro goleador en Primera División, con diez tantos en 34 partidos. Sólo en la campaña 09-10 jugó más, 36, aunque marcó dos goles menos, y en la 10-11 hizo 9 en 30 partidos. Ahora lleva 22 participaciones en la Liga, con una escasa media de 35 minutos por partido y un solo gol, en el Bernabéu.

Manu del Moral ha perdido el sitio en el equipo y su aportación como suplente está siendo nula, como se evidenció cuando Emery lo sacó en La Rosaleda por Perotti, cansado en su segunda titularidad desde su reaparición. Cuando llegó en 2011, fue acogido en Nervión como un mediapunta que llegaba para aportar gol. Dos años después ha dilapidado su crédito.