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Gracias Fredy, suerte Oumar

  • Kanoute se centra ya en sus proyectos sociales, como la escuela de fútbol en Dubái y la asistencia a jóvenes jugadores: "Unos 20.000, muchos africanos, vagan por Europa estafados por agentes".

El 25 de septiembre de 2012, cuando holló por última vez la hierba de Nervión en aquel tributo a su legado, el fútbol español despidió a Fredy. Pero el pasado jueves, a sus 36 años, quien volvió a Sevilla fue Oumar. En la memoria colectiva queda la figura majestuosa de un futbolista único; para muchos de los que lo conocieron y trataron en los vestuarios, responde por Fredy. En cambio, la mayoría de los que se relacionan con él bajo su perfil social lo conocen por Oumar. Uno y otro se sentaron a reflexionar, en el hall de un hotel cercano a Nervión, sobre los logros, sí, pero sobre todo sobre las expectativas tras esas botas colgadas para siempre en un vestuario pequinés.  

 

Y ese futuro inmediato apunta al corazón del Golfo Pérsico. "Mi familia debió irse de Pekín antes que yo terminara mi temporada con el Beijing Gouan y pensamos que Dubái era un sitio a medio camino entre Asia y Europa. Para mí era más fácil desplazarme desde China hasta Oriente Medio que a Europa mientras acababa la temporada en el fútbol chino". 

 

Allí clavará su siguiente pica solidaria. Allí, Oumar es un referente. "Siempre que he ido últimamente, la gente me ha reconocido con asiduidad por la calle, lo que me ha sorprendido. Antes, cuando jugaba en el fútbol europeo, en Londres o Sevilla, era más lógico, porque son unos fanáticos del fútbol y por televisión siguen las mejores ligas europeas. Pero veo que también me conocen por mi perfil extradeportivo".

 

Ese perfil, el que pergeñó su Fundación, modela ahora otras iniciativas en plenos Emiratos Árabes. "Estamos en plena gestación de mi escuela para niños, entre otros proyectos. Dubái es un sitio bastante interesante a nivel profesional, está en plena efervescencia, es una ciudad muy cosmopolita y pensamos quedarnos allí durante un tiempo". Además de su tirón popular, en Dubái fermenta un interés por asimilar métodos occidentales que también incluye al fútbol, y encima su gran músculo económico se tensa para atraer hasta el desierto lo que haga falta. Todo confluye para que Kanoute abra más vías financieras para su causa. "Me he tomado mi tiempo hasta darle forma y he encontrado las personas con las que voy a trabajar. Tengo muchísimas ideas para dar la mejor formación a los chicos  a través del fútbol. Habrá personal europeo, entrenadores ingleses y de otras nacionalidades". 

 

Cuando Fredy, más que Oumar, fue creciendo en un barrio obrero de Lyon, sus cualidades con una pelota en los pies le procuró una estabilidad y formación que lo alejó de esos caminos alternativos en los que caen no pocos adolescentes de su perfil. Por eso valora las posibilidades formativas del deporte: "Es una escuela y como tal queremos ser consecuentes con el significado que esta palabra tiene, no puedes limitarte a enseñar a los chicos a patear una pelota o a colocarse en un terreno de juego, los valores que dignifican al deporte deben estar entrelazados con ese aprendizaje deportivo, por eso quise planificarlo todo muy bien antes de dar el paso. Va a tener una importancia capital esa formación psicológica. Aunque no vamos a montar una escuela académica como tal, a diferencia de la que ya funciona cerca de Sakina, a las afueras de Bamako, donde sí que disfrutan los niños de su escuela para una formación integral".

 

El impulso solidario ha marcado sus pasos, como un diapasón, desde que en sus sucesivos viajes de Francia a Malí, a medida que se hacía un hombre de principios y un futbolista profesional, fue descubriendo los abruptos contrastes entre la burguesa Lyon y Bamako, una ciudad que huele a Viejo Testamento. Que parece anclada en la ominosa época colonial.

 

Allí, los índices de escolarización siguen siendo bajísimos. Pero cualquier retoño con ínfulas futbolísticas está al tanto de las habilidades de Messi, Cristiano, Keita o el propio Kanoute. Y claro, sueña con ser el siguiente. Hacia ellos va otro de los proyectos troncales que Oumar tiene ya en marcha. "Circunscrito al mundo del deporte tengo otro proyecto muy importante, una empresa de gestión del deporte. Es un package (paquete) global que queremos ofrecer a jugadores a los que pretendemos asesorar. Desde que en 2005 me hicieron padrino del Yeelen, un club de Malí, pensé en asesorar y orientar a los chavales, para que cuando salgan y puedan jugar en Europa, sepan los pasos que dar para no verse en un camino sin salida cuando saltan a Occidente".

 

Ese masivo engaño es el leitmotiv de Diamantes negros, película española estrenada el año pasado. Su protagonista, el malí Alassane Diakite, fue uno de tantos que, en 2007, cayó en las redes de las mafias de su país. De Francia salió con su sueño truncado y hoy, a sus 22 años, juega en el Canillas, de la Preferente madrileña.    

 

"Me interesa mucho este problema social -reflexiona Kanoute-. Más de 20.000 jóvenes, sobre todo africanos, vagan por las calles de Europa con un futuro incierto, víctimas de agentes que les prometieron cumplir su sueño y procuraron su salto al Viejo Continente. Firmaron en muchos casos contratos cortísimos, de seis meses, que luego no renovaron y se ven en la calle sin salida alguna. Esos agentes sin escrúpulos piensan que van a encontrar el próximo Keita o Drogba a costa de dejar tirados a miles de chicos. Queremos afrontar ese problema con todo el rigor posible para que los chavales no se sientan engañados y estafados"

 

"Vamos a asesorar no sólo a los niños de nuestra escuela de fútbol -prosigue-, sino a los chicos que están entregados a su suerte tras el engaño". 

No les ha hecho falta salir a la calle. Ya están llamando a la puerta. "Hemos recibido el interés de varios jugadores que quieren empezar a trabajar ya conmigo en esta empresa de gestión del deporte, aunque aún estoy en plena fase de organización antes de su puesta en marcha. Hay jugadores de Europa y otros ámbitos, lo estamos analizando pero queremos hacerlo correctamente y no precipitarnos. No quiero repetir los errores que suelen ocurrir en esta relación entre agentes y jugadores. Voy a ofrecer mi servicios cuando esté realmente preparado". 

 

Para esa preparación ya va dando los pasos adecuados. "Voy a sacarme el carné de entrenador porque lo voy a necesitar en mi trabajo. ¿Para trabajar en un futuro con profesionales? Voy a ver, voy a ver... De momento, para la escuela de fútbol. Me hará falta para saber cómo hablar con tus entrenadores, hay que entender lo que hacen los técnicos para saber qué está bien y qué está mal. También estoy estudiando gestión del deporte... en fin, una formación teórica que veo necesaria para abrir la escuela".  

 

Primero, formarse. Luego, formar. Y avisar del lado oscuro de este fabuloso negocio llamado fútbol. Ese vil metal que despierta lo peor del hombre: "Cuando se mueve tantísimo dinero ya se sabe lo que ocurre. El futbolista profesional tiene una enorme responsabilidad ante esos chicos, lo quiera o no, y deben tener muy claro que si obran correctamente, se benefician ellos mismos pero sobre todo benefician a miles de jóvenes que los tienen como depositarios de sus ideales".

 

Desde que llegó el jueves, Kanoute ha consumido su agenda entre actos públicos de diversa índole, algunos concernientes a sus negocios privados -como su participación en un apartahotel de lujo en el sevillano barrio de San Vicente- y la mayoría asociados a su Fundación. Que será, por ahora, su principal vínculo material con Sevilla: "Hemos trasladado de Londres aquí la sede principal de la Fundación. Todo el papeleo... Hemos comprobado en los últimos años que las actividades y responsabilidades de más peso las hemos venido realizando a través de nuestra oficina en Sevilla -el abogado Jesús Prieto es su brazo derecho para estas cuestiones-, por los Champions for Africa...".

 

Por ahora, su otra atadura con Sevilla es afectiva. Que no es poco. "Siempre la visitaré con asiduidad por mi vínculo especial y eterno ya por todo lo vivido en ella, también por el vínculo de mi familia, pues mis dos hijos mayores siempre quieren regresar para reencontrarse con sus amigos, con los que se suelen conectar por Skype".

 

Reconoce que, en su reencuentro con el Sevilla, lo han seducido con una vuelta. La vuelta del ídolo. "He hablado con el club de mis proyectos personales, que me van a tener muy, muy ocupado en un corto plazo. Sin hablar de cargo alguno, mi vínculo con el Sevilla va a permanecer de cualquier forma por siempre. Y volveré al estadio siempre que pueda a reencontrarme con los que vayan quedando en el club y, por supuesto, para volver a disfrutar de esta afición que tanto me ha dado. El resto de mi vida será así. ¿Volver al club con algún cargo a medio plazo? Nunca se sabe, si surge algo y es interesante para ambas partes, ¿por qué no? No me gusta descartar algo de forma rotunda, nunca se sabe...". 

Apoyos que levantan mucha polvareda

El predicamento que Kanoute tiene entre círculos de índole islámico es cada vez mayor a causa de su acendrado compromiso público en numerosos episodios: la consabida sufragación del local para evitar el cierre de la mezquita en Santa Catalina, la camiseta de apoyo a Palestina en aquel Sevilla-Deportivo de enero de 2009, que le costó una multa de 3.000 euros... Recientemente, también se significó, junto a Drogba entre otros, en la iniciativa para boicotear la celebración del Europeo sub 21, -que finalmente tuvo lugar el año pasado en Israel- a causa del fallecimiento de cuatro jóvenes palestinos en Gaza, en noviembre de 2012. Él, sin embargo, quiere remarcar que no subyace militancia alguna al margen de su Fundación. "Sólo soy socio como tal de mi Fundación, pero soy solidario con asociaciones que promueven causas que veo justas. Elijo lo que está de acuerdo a mi conciencia, por eso me vais a ver junto a ellos, adhiriéndome porque me sienta identificado. Pero siempre desde fuera".   

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