el derbi europeo · la crónica

La primavera sevillana nace roja (0-2)

  • El Sevilla iguala al Betis la ida y consigue una clasificación histórica en el primer derbi europeo gracias a su mayor acierto en los penaltis. La emoción fue total desde el minuto 1 hasta el 120 y ahí ya llegó la suerte.

El Sevilla selló un pasaporte histórico en el Benito Villamarín al superar al Betis en el primer derbi sevillano que se disputa en una competición europea. Los blanquirrojos fueron capaces de igualar la eliminatoria durante el partido gracias a los goles de Reyes y Bacca y después fueron agraciados por la diosa Fortuna en esa tanda de lanzamientos desde los once metros que siempre será injusta para unos y maravillosa para otros. Después de 120 minutos que pusieron a prueba los corazones de todos los que sienten algo por el fútbol en esta ciudad, en esta ocasión la balanza se inclinó hacia el lado sevillista y sus fieles podrán gozar de una primavera que arranca con tonos rojos y blancos en el rincón del mundo donde tal vez más se disfrute de esta estación.

Está claro que la suerte tiene mucho que ver con el deporte llamado fútbol, pero al final todo se reduce a meter una pelota entre tres palos. Es así de fácil por mucho que haya quien lo quiera complicar con explicaciones cercanas incluso a la filosofía. Siete días después de que se reflejara en estas mismas páginas que el Betis había sido mucho mejor por la sencilla razón de que Leo Baptistao y Salva Sevilla habían acertado a meterla dentro de la portería de Beto, exactamente el mismo razonamiento sirve para explicar que el Sevilla fue igual de superior en su visita al Benito Villamarín, pues en esta ocasión fueron Reyes y Bacca quienes pudieron superar a un Adán que parecía tabicar su portería. 

Imagen: Antonio Pizarro

Pero no, eso es imposible y al final se impuso la mayor calidad de los sevillistas a pesar de que todo tuviera que ver en el epílogo con la suerte. Antes de ese desenlace hubo 120 minutos de fútbol y ese larguísimo partido, cargado de electricidad, de tensión y de todos los aditivos que se le puedan echar al guiso de un derbi sevillano, el Sevilla no sólo fue capaz de cantar dos goles al viento sino que también tuvo las mejores oportunidades para haber hecho alguno más. Aparte de los dos goles, Bacca tuvo la primera en la que no llegó a habilitar a Gameiro, Leo Baptistao fue el verdiblanco que estuvo más cerca de ejecutar esa suerte suprema, pero se topó con Beto, y después, ya en la prórroga, serían Gameiro y Bacca, por este orden, quienes pudieron impedir que todo se dilucidara en los lanzamientos de los penaltis. El resto ya serían opciones de gol algo menores, como cuando Bacca y M'Bia llegaron a estar delante de Adán, aunque sin controlar el balón, o cuando Rubén Castro también la tuvo en la prórroga y Rakitic se interpuso en su disparo dentro del área. Además, algunos disparos béticos desde fuera del área cargados de intención pero que se fueron fuera o altos. 

Ésa es la relación de oportunidades que sirve, al menos, para situar la cuestión en relación al mando en el juego de unos y otros, pero no todo es eso. Siguiendo un orden cronológico, el partido depara un mando sevillista clarísimo en el primer periodo. Unai Emery salió con toda la artillería, algo que le impediría después apelar a un plan B algo más fuerte, y el Sevilla mandó desde el arranque. El 0-2 de la ida, claramente beneficioso para el Betis, iba a jugar en su contra, pues el planteamiento de Calderón casi se limitaba a dos líneas cuatro muy pegadas una a otra y demasiado cerca de Adán ambas.  

Imagen: Antonio Pizarro

El Sevilla fue buscando espacios y los hallaría por la banda izquierda gracias a la asociación entre Marko Marin y Alberto, que irrumpía desde atrás y era capaz de meter centros precisos y peligrosísimos raseados. Aunque sería Bacca quien tendría la primera en la jugada en la que se lesiona Perquis, por esa banda izquierda llegaría el mayor peligro visitante, aunque claro después debía ejecutar Reyes y fue quien lo hizo en la posición de delantero centro con un remate al contrapié de Adán. Claro que para que eso ocurriera había tenido que equivocarse Calderón en el movimiento de piezas al mantener a Amaya en el lateral e incrustar a N'Diaye como central en el lugar del lesionado Perquis. Fue precisamente N'Diaye quien falló en el despeje del 0-1.

El tanto sevillista evidenciaba, para quienes no lo creían, que había eliminatoria por mucho que el equipo local partiera con dos goles de ventaja a su favor. Y el monólogo de los que ayer vestían de rojo en el primer periodo fue absoluto, aunque sin mayores opciones para sumar el segundo tanto. Calderón reacción antes incluso del descanso. Amaya al centro, Juanfran al lateral, N'Diaye otra vez al medio y Nono encargado del costado derecho.

Tras el intermedio, sí se vería un Betis más compacto, valiente a la hora de presionar más arriba, algo que provocó las dudas en un Sevilla que sufría conforme M'Bia se iba quedando sin gasolina y eso multiplicaba el trabajo sucio para Rakitic. En esa fase fue en la que el Betis estuvo más cerca de hacer el empate, pero sus disparos se fueron desviados y Beto imitaría al Adán de la ida ante Leo Baptistao.

Con el partido equilibrado otra conexión entre Marko Marin y Alberto por la izquierda le dio el 0-2 a los visitantes, quienes habían hecho el trabajo de igualar las cosas, pero no pudieron seguir con la tarea debido a los múltiples problemas que hallaron en el centro del campo. Con Coke de medio centro esa parcela era para el Betis y está claro que el fútbol se domina ahí.

Sin embargo, el mando territorial del anfitrión en la prolongación no le serviría para marcar, como tampoco la contra a Gameiro y Bacca. Los mal llamados penaltis, esos tiros desde los onces metros que siempre son una lotería, debían decidir. Y el gordo le cayó al equipo con más experiencia en esta competición, a ese Sevilla que fue capaz de ganarla en dos ocasiones en partidos mucho más trascendentales. Pero está claro que Sevilla es dual y ganarle el primer derbi de la historia en Europa al rival de toda la vida... Disfrutan los blanquirrojos de la primavera sevillana, tienen motivos. 

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