Fuerte desde la primera posta

Sevilla-getafe

El Sevilla inicia un mes duro y cargado tras el parón con las exigencias intactas pese al buen arranque y la idea de hacerse reconocible en casa. El debut de Sergio Rico, atracción añadida.

Coke bromea con Cicinho flanqueado por Iborra y Krychowiak durante el entrenamiento de ayer en el estadio Sánchez-Pizjuán.
Coke bromea con Cicinho flanqueado por Iborra y Krychowiak durante el entrenamiento de ayer en el estadio Sánchez-Pizjuán.
Jesús Alba

14 de septiembre 2014 - 05:02

Aún en camisa de verano, el sevillismo afronta la vuelta a la competición de su equipo con la sensación de que nada ha cambiado. Las altas temperaturas siguen con nosotros tras un verano de los que se pueden llamar raro y el escuadrón de Unai Emery retoma el pulso de la Liga después de un parón a modo de respiro para la empinada cuesta que tiene ante sí a partir de hoy. Cuesta o escalera, lo mismo da si al final las dos modalidades van a aumentar el régimen de pulsaciones de una plantilla que, se venda a quien se venda, siempre va a tener un nivel de exigencia altísimo.

Pero esto es el Sevilla y es lo que hay. Si, como han explicado Castro y Monchi, el esfuerzo económico del club ha estado en mantener contentos a estos profesionales, en el sueldo les va esa presión de marcar las diferencias en una Liga en la que no todos los consejos de administración pueden firmar esta índole de contratos a sus jugadores. Este asunto es algo a lo que la hinchada le presta atención, aunque relativamente. Si el jugador rinde, el sevillista verá bien que cobre lo que cobre. Si no, será siempre discutido con no poca dosis de razón según qué caso.

Llega el Getafe y el Sevilla prepara su activación máxima para un mes cargadito que tendrá su siguiente posta el jueves en el estreno del torneo del que es vigente campeón con la visita del Feyenoord. Pero eso será la Europa League y a los de Emery primero se les debe examinar por lo que hagan hoy en su segunda comparecencia en el Sánchez-Pizjuán. Nofue muy afortunada la primera con ese empate ante el Valencia cuando parecía que la situación estaba controlada, pero siete días después el nuevo Sevilla dio el do de pecho en Cornellà para que el parón no fuera más largo de las dos semanas que marcaba el calendario. Y ese tiempo, que tuvo la medida justa gracias al triunfo sobre el Espanyol y que pasó entretenido entre el runrún que el obligado debut de Sergio Rico estaba claro que iba a protagonizar, ha servido a Emery para avanzar en el acoplamiento de los nuevos aun sin poder contar con toda la plantilla por la marcha de los internacionales. También han sido dos semanas en las que había que incidir en la preparación del elegido para defender la portería sevillista ante las bajas por lesión de Beto y Barbosa. Preparación para la que bastaba con reforzar los conceptos y, sobre todo, la confianza en el futbolista.

Sergio Rico no es un recién llegado, entre comillas. Junto a la carretera de Utrera se preparan día a día -los 365 que tiene cada año- cientos de futbolistas que tienen el sueño de llegar, como el espigado guardameta, algún día al primer equipo. El cancerbero del filial hace ya tres años que empezó a merodear por la dinámica de entrenamientos de los porteros (distinta al del resto del grupo) del primer equipo, jurisdicción entonces de un profesional que ha avalado su preparación desde un club de la Premier como el Swansea. Con Javi García empezó un verano Sergio y hoy verá cómo las exigencias ya no son lo mismo en el filial que en la élite. Bien haría el sevillismo en desenfocar un poco la atención en él y dejarlo hacer mientras busca con el equipo esa sinergia que Emery ha pedido. El técnico sevillista habló de una "puesta en escena" que debe hacer del Sánchez-Pizjuán y del Sevilla dos enemigos temidos y reconocibles.

Es el primer paso paso para salir airoso de un mes duro, aunque todos los elogios que recibió la planificación en materia de gestión de efectivos se centró en que la plantilla tiene, después de las ventas de tres jugadores importantes, los puntos fuertes más repartidos. Es el momento de demostrarlo, pero, mientras... puntos, que no se escape ni uno.

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