Sevilla-granada

De momento, sólo marejada

  • El Sevilla necesita encontrar el norte, abandonar ya su depresión y recuperar el rumbo Caparrós ya ganó este año en Nervión con un equipo de muy similar perfil.

"Ningún marinero se hizo expero en un mar en calma; afrontamos el oleaje unidos y con optimismo". Éste fue el mensaje que emitió Unai Emery en su blog personal a la vuelta de un viaje, el de Rotterdam, que ha creado un caldo de cultivo propicio para que la marejadilla vire a fuerte marejada. Hoy habrá un ambiente enrarecido en el Ramón Sánchez-Pizjuán, justo cuando el Sevilla necesita que todos soplen a favor para que la nave no termine de perder el rumbo y su quilla se hunda con firmeza en aguas procelosas. El sector radical de la afición vuelve a estar en pie de guerra por los sucesos de Rotterdam, al entender que el club le da la espalda. Su reacción, como otras veces que tuvo desencuentros con la dirección del club, vuelve a ser darle la espalda al equipo, como si éste no tuviera ya bastante con los embates de un oleaje que amenaza tormenta a poco que no sea capaz de sacar el pleito adelante.

Tres partidos sin ganar en la Liga, San Mamés, Levante y Camp Nou, junto a la derrota en el infierno del Stadion Feyenoord, han hecho olvidar incluso la victoria sobre el Standard de Lieja en la noche mágica de Reyes. Todo se ha vuelto pesimismo al son de un equipo que parece haber perdido el rumbo. Sin la intensidad del inicio de la temporada por la carga de partidos y del desgaste de alguna de sus piezas clave, el Sevilla sigue echando de menos a un capitán que rija con mano firme la aguja de marear de la nave, siguiendo con el símil marinero con que el técnico de Fuenterrabía ilustró su mensaje de optimismo. Y hoy se le presenta otra ocasión, una más, para darle la vuelta a esta realidad que ha tornado gris oscuro durante el mes de noviembre. Termina el mes de los difuntos y el Sevilla está obligado a resucitar ante un Granada que tampoco pasa por su mejor momento, dado que acumula nada menos que ocho jornadas sin ganar. Llega Joaquín Caparrós herido a Nervión. Morbo añadido.

El técnico utrerano, con fama de ser un huésped acomodaticio en Nervión, ya ganó aquí mismo hace unos meses, en la anterior racha negativa del Sevilla de Emery justo antes de que tuviera una resurrección gloriosa con final felicísimo en Turín. Fue con el Levante, un equipo de muy similar perfil a este Granada que adolece principalmente de una asombrosa falta de gol. Sólo seis goles en doce jornadas alumbran la trayectoria de Caparrós en su aventura nazarí, pero eso no quiere decir que vaya a ser un rival propicio para que la marejadilla se disipe y vuelva a lucir el sol en Nervión.

El músculo y la garra que pondrá el rival serán el obstáculo principal de un partido que debe afrontar el Sevilla con determinación. Entre el ambiente enrarecido, el anuncio de los chicos de Gol Norte de que no van a animar y el hartazgo de cierto sector de la afición que no termina de comulgar con Emery, el Sevilla tiene varios retos en uno en esta tarde que se anuncia con nubarrones y puede que hasta lluvia en lo literalmente meteorológico. Para que no falte ni un perejil. Pero detrás de las nubes está el sol, y puede brillar.

Todo puede quedar en malos augurios si el Sevilla se reencuentra a sí mismo. Para ello, Emery debe dar con un once que aúne trabajo y creatividad, puede que esté cerca de ello. El guipuzcoano apostó de partida por los hombres que le aportaban más trabajo para solidificar el equipo en una temporada nueva con una plantilla muy remozada, y le fue muy bien hasta que empezó a atascarse una maquinaria que ya no ofrece las mismas prestaciones por el bajón de potencia física. A ello se ha unido que Bacca no está bien, y eso ha condicionado el juego del equipo, pero no hay bache infinito. También Denis Suárez ha confirmado que es un futbolista magnífico para acompañar, no para ser el que rija la aguja de marear, algo que debería corresponder a un hombre más templado como Banega. Ahí puede estar la clave.

El once es una incógnita desde la misma portería y el estado físico de Fernando Navarro incrementa las dudas en el lateral izquierdo. Con los titulares, el Sevilla fue incapaz ante el Levante, pero el Granada parece ir en receso. Emery sigue buscando la fórmula ideal y piezas tiene para dar con ella. A poco que el equipo retome el rumbo, lo de la marejada se quedará en simple titular oportunista.

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