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Intensidad y velocidad

  • El Sevilla jugó con cabeza un duelo que el Málaga jamás se lo complicó.

El Sevilla de Emery hizo, en el día que batió un récord histórico, uno de sus partidos más completos en todas las facetas. Ante un rival difícil, jugó con cabeza y le dio a cada acción del juego justo lo que necesitaba. Intensidad para presionar y salir ganador en los duelos, velocidad para romper líneas por dentro y por fuera, una buena ordenación defensiva... todo para maniatar a un Málaga al que no le permitió siquiera realizar ni un solo disparo a puerta y al que acosó con una presión adelantada que hizo sufrir mucho a su defensa, con Angeleri y Antunes como los hombres más castigados.

Defensa

Un doble pivote fuerte y sobrado de músculo e hierro (Iborra y Krychowiak) venía a hacer dos funciones, una, permitir a Emery desbordar el talento en la línea de tres cuartos con jugadores de menos esfuerzo físico -ni Vitolo ni Aleix Vidal jugaron- y muchísima calidad y, dos, fortalecer una línea defensiva que tenía una baja importante en la persona de Nico Pareja. Pero, sobre todo, la intensidad que el equipo puso en todo el campo hizo un bloque del sistema defensivo. La titularidad de Kolodziejczak, una sorpresa para la grada, permitió a Fernando Navarro adelantarse unos metros. Esa tendencia del francés a pegarse a la banda -como el miércoles- iba a permitir a Fernando Navarro adelantar su posición y desde ahí ser clave en la recuperación del balón en la banda con la ayuda de Reyes y el acompañamiento de uno de los medios centro. Ello permitió al Sevilla robar balones con facilidad durante la primera mitad después de que la presión iniciada por Bacca obligara al Málaga a salir por ahí.

Sólo en los primeros quince minutos de la segunda parte al Sevilla le costó más recuperar el balón en esa misma zona (la izquierda) y el Málaga disfrutó de más posesión, pero sin profundidad.

Los centrales tuvieron que lidiar con el juego de contacto rayando la legalidad de Amrabat -le pitaron ocho faltas e hizo muchas muchas más-, y ambos estuvieron a gran altura.

Ataque

Reyes, esta vez en la banda contraria a donde suele sentirse a gusto, fue otra vez el faro. Junto con un Bacca comprometido (ya en Almería apuntó esa mejoría) en la presión, el uterano atrajo la atención a esa zona para que Deulofeu rompiera el partido por la otra banda. La explosividad del catalán fue la llave maestra para superar definitivamente las líneas del Málaga, que también sufrieron con las conducciones de Reyes y, ya en la segunda mitas, de un Denis Suárez que salió fresco y terminó de matar el partido. En esta fase también se creció Fernando Navarro en ataque.

Virtudes

El Sevilla jugó con mucha cabeza un encuentro difícil que tuvo en el arbitraje otra complicación más. Las tarjetas eran un peligro.

Talón de Aquiles

El arranque de la segunda mitad.

Uno por uno

Beto En partidos en los que el rival llega poco es clave en un portero la seguridad que mostró.

Figueiras Tenía un toro difícil con Castillejo y Duda y cumplió.

Carriço Templanza y buena colocación. Ni él ni Kolodziejczak se arrugaron con Amrabat.

Kolodziejczak Salida de balón espectacular a la primera que desahoga en basculaciones y que da seguridad. Al lateral lo suelta por su tendencia a cubrir la banda. Como se sienta seguro no lo saca nadie del once.

Fernando Navarro Partido llamativo para el aficionado de a pie, pero llevaba un grandísimo nivel desde que apareció.

Krychowiak Siempre se nota. El pero es que a veces se confía.

Iborra Es una pieza clave, menos vistosa que el polaco, pero a veces más efectiva.

Deulofeu Lo que se le pide, explosividad para romper.

Banega Le puede el ritmo.

Reyes ¿Otra vez el mejor? Esta vez por la izquierda.

Bacca Presionó y tuvo premio.

Denis Suárez La jugada del partido, muy con el sello Barça.

Gameiro Interesantes robos.

Aspas Menos participación.

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