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Guerra por el poder en PNB

  • Pepe Tirado e Íñigo Vicente, que se fueron en 2010 a la Fundación Heliópolis, dan un golpe de timón. Tensión en la reunión del miércoles y solicitud de elecciones.

La maniobra no es nueva. Está perfectamente diseñada desde que, al rebufo del 15-J de 2009 y en base a su espíritu, naciera tres meses después la Fundación Heliópolis (FH), que posteriormente quedaría sin apenas campo de acción en el mundo bético con la creación de la propia Fundación Real Betis Balompié, con Manuel Ruiz de Lopera ya derrocado en los tribunales por la acción de Béticos por el Villamarín (BxV), la Liga de Juristas Béticos (LJB), cuyos miembros pertenecen en su mayoría a la FH, y Por Nuestro Betis (PNB).

La idea no era otra que, con el músculo ideológico bien articulado, buscar el financiero, el que pudiera hacerse cargo de las acciones de Lopera (51,34%) en su día, de ahí que José Antonio Bosch creara la Fundación RBB cuando fue administrador judicial del club.

Pero ese día que se veía tan lejano hace más de un lustro estaría muy próximo si el cacareado pacto con Lopera se llevase finalmente a cabo, aunque no sea tarea fácil por éste, por la aversión hacia él de Hugo Galera, el hombre fuerte de BxV, y por el carácter irreductible de la actual directiva de PNB, que sigue en su idea fundacional de atomizar el capital en contra de quienes ahora pretenden bajarlos del pedestal en favor del nuevo lobby bético, siempre con la carta verbal ganadora de que el fantasma de Bitton Sport sigue ahí, único frente ante el que sí se une todo el beticismo pese a maledicencias interesadas.

El golpe de timón en PNB quedó de manifiesto en la asamblea celebrada este miércoles en Antares, donde José Antonio Tirado e Íñigo Vicente, quienes fueran directivos y fundadores en su día, exigieron entre otras cosas la convocatoria de elecciones, al acusar al actual presidente, Camilo Puerto, de haber tenido contactos con Bitton Sport.

Lo único cierto es que PNB apoyó a José Luis López Catalán y Ángel Haro en la Junta Extraordinaria del 23-S, pero lo que subyace es que Puerto y su actual directiva -Cayetano García de la Borbolla está hoy al margen tras ser nombrado consejero de la sociedad- jamás suscribirían el pacto que se les dio a conocer el 22 de septiembre, a escasas horas de la Junta.

Si los motivos de Galera para no firmar van más por el compromiso de que las tres asociaciones deben retirarse de los procesos penales y mercantiles que se siguen contra su archienemigo, Lopera, los de PNB se ciñen, sobre todo, a cómo está pactado el reparto del 51,34% de las acciones de Farusa, que el Betis adquiriría.

Del 19,96% de acciones que hoy posee -con ellas apoyó a Manuel Castaño en la Junta-, Lopera se quedaría con un 0,43% y el 19,54% restante sí se repartía equitativamente entre los accionistas al precio de 75 euros.

¿Y qué pasaría con el 31,38% de los títulos que hoy tiene embargados el Juzgado número 1 de lo Mercantil? Pues, sencillamente, que su valor dependerá de las "responsabilidades pecuniarias" que se le exigen a Lopera en el juicio de calificación del concurso de acreedores. En pocas palabras, que el precio de los títulos, casi con total seguridad, impediría al bético de a pie comprar y se generaría un nuevo paquete importante que, junto a otros existentes, daría con uno o varios accionistas con mayoría para gobernar el club sin oposición.

PNB, cuyo objetivo, a diferencia de otras asociaciones, no es sólo derrocar a Lopera sino proteger la aparición de nuevos grupos de poder en el Betis, jamás firmaría acuerdos como el que se quiso imponer con nocturnidad y alevosía el 22 de septiembre, de ahí que Tirado y Vicente (portavoz de la FH) pretendan ahora asumir, directa o indirectamente, el control de PNB para, virtualmente, acabar con la asociación, una vez que el pacto de sindicación de ésta es cada día más residual.

Si en julio pasado ninguna candidatura quiso presentarse a las elecciones a PNB, ahora los disidentes, que llevan cinco años al margen, las exigieron con vehemencia, así como la dimisión inmediata de la directiva en la reunión del pasado miércoles, cuyo único objetivo convocante era ratificar a Cayetano García de la Borbolla como consejero (Tirado anhelaba ser él el elegido).

Con Puerto de vacaciones en el norte de España, el vicepresidente de PNB, Alfonso Fernández, vio cómo se hacían carne los ánimos encendidos con los que algunos, que no son ni asociados, ya asomaron a la reunión de la plataforma el pasado 21 de septiembre.

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