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El billete a Bilbao está listo

  • Premio El Cajasol logra virtualmente el pase para la Copa tras ganar al Alicante Suspense Una zona se le atragantó a los de Plaza al final pero ganaron con un tiro libre de Calloway

El Cajasol está a un paso de la Copa del Rey de Bilbao. No es matemático, pero sí virtual, porque Lagun Aro, Manresa y Estudiantes tienen dos victorias menos con el basket average negativo, a dos jornadas del final de la primera vuelta. Quien quiera ir a la capital vizcaína puede ir sacándose un billete, porque tres temporadas después el Caja jugará la Copa del Rey, salvo catástrofe.

Es la mejor lectura que deja un encuentro igualado en el que pudo pasar de todo, pero que se decidió por inteligencia. Después de tener una cómoda ventaja de 11 puntos en el último cuarto (59-48), una zona del Alicante se le atragantó a los de Plaza, que se metieron en los últimos segundos con el partido igualado: 64-64. Savanovic, con un triple desde siete metros, pareció dar la estocada definitiva, pero Hill contestó con la misma moneda a 21 segundos del final. Meridiano sólo tenía dos faltas y paró el juego con personales. Sin ideas, para atacar la defensa, Calloway penetró y Andriuskevicius cometió la quinta falta a 1,8 segundos del final. El base anotó el primero: 68-67; el segundo lo tiró a fallar y el tiempo corrió hasta agotarse. El Cajasol acaricia la Copa del Rey desde la defensa y la inteligencia.

Plaza parece que ha aprendido de algunos de sus errores del pasado. En un duelo de Euroliga, el Madrid le ganaba por tres a Maccabi. En la última posesión los blancos no hicieron falta, los hebreos anotaron un triple, forzaron la prórroga y ganaron el choque. El técnico catalán no dio lugar esta vez a ello, y mandó al base fallar para amarrar un triunfo con suspense, pero que vale igual.

El partido con Alicante era como una final por la Copa del Rey, pero los pupilos del ex técnico cajista Óscar Quintana no dieron ni un minuto de relajación a un Cajasol al que le costó entrar en el choque. Faltaba un puntito de intensidad en defensa; los árbitros, nada caseros, anticaseros incluso, no ayudaban; y Urtasun, Avdalovic y Stojic se encargaban de amargar la noche a los locales. Con todo, la igualdad marcó un primer tiempo en el que los levantinos dominaron en el marcador porque los exteriores sevillanos no tenían su día: 3 de 13 en triples en los primeros 20 minutos.

Sólo Triguero y Savanovic por dentro mantenían al Cajasol un paso por detrás del Alicante, que una y otra vez encontraba resquicios en la defensa andaluza para anotar con cómodas penetraciones (81% de acierto en tiros de dos en los dos primeros cuartos). Por suerte para los sevillanos, los hombres del perímetro alicantinos tenían la mirilla estropeada y sólo anotaron uno de sus ocho intentos desde la línea de 6,25 metros, y, para colmo, la canasta fue del gigantón (2,16) Andriuskevicius. La igualdad y el intercambio de golpes que nada convenía al Caja marcaron un primer tiempo que acabó con un 33-36 que dejaba todo en el aire para la reanudación.

Pero una de las mejores cosas de este equipo es que nunca se pone nervioso. Sabe a lo que juega, cuáles son sus señas de identidad y no las abandona jamás, porque con ellas ha llegado a la jornada 15 luchando por esa ansiada Copa: defensa, sangre y pelea máxima por cada balón. Algo debió decirles a los suyos Plaza en el vestuario, porque de vuelta saltaron con la misma mentalidad con la que arrollaron al Murcia y al Valencia. Un parcial de 20-7 rompió el partido con Kirksay y Savanovic en estado de gracia. Les entraba todo y el equipo ganó la confianza que había perdido. Los colegiados bajaron el listón de exigencia y la defensa cajista funcionó como siempre. Tanto, que los de Quintana se quedaron en 7 puntos y el encuentro se decantaba de un claro color.

Pero el Cajasol es un equipo acostumbrado a sufrir. No siempre va a ganar de paliza y una zona en los últimos minutos se le atragantó a los sevillanos. El equipo se atascó y sólo veía el aro rival o desde la línea de triple o desde la personal. Los 15 puntos de este cuarto se distribuyeron en cuatro triples y tres canastas desde la personal. Las ideas para tacar la zona del Alicante brillaban por su ausencia y los de Plaza se convirtieron en una máquina de perder balones que aprovecharon los levantinos para igualar.

Al final, sin embargo, Calloway, previa orden de Plaza, falló el segundo tiro libre y metió virtualmente al Cajasol en la Copa del Rey tres años después. Desde la defensa se ganan los partidos, pero también hay que ser inteligentes para lograr el triunfo.

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