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El más difícil todavía para el gran Barça

  • Los azulgrana quieren imponer su fútbol de rápida circulación para remontar el 3-1 al Inter y plantarse en el Bernabéu

Parece una final, y en cierto modo lo es: el equipo que sobreviva al Barcelona-Inter de hoy llegará al partido decisivo de la Liga de Campeones convencido de que el título es suyo. "Que los jugadores del Inter odien la profesión de futbolista durante 90 minutos": ésa es la receta del central Piqué para remontar la derrota de 3-1 en San Siro, un resultado que superó las expectativas del equipo de Mourinho.

Será una noche de múltiples duelos en el Camp Nou, en el que no quedará libre ni una sola de sus más de 98.000 butacas. Jose Mourinho contra Josep Guardiola, Samuel Eto'o frente a Zlatan Ibrahimovic, el delantero Diego Milito versus su hermano, el defensa Gabriel Milito, Daniel frente a Maicon. Pero el principal duelo, el gran contraste, estará en qué forma de entender el fútbol se impondrá en la noche casi veraniega del Camp Nou: ¿el ofensivo, veloz, asociado y preciosista del Barcelona o el destructor y de contraataque del Inter?

"Si el Barça hace lo que tiene que hacer -mover el balón rápido, cansar a los italianos cambiando mucho la orientación del juego, presionar arriba, pisar siempre que se pueda el área y tirar mucho a puerta acabando todas las jugadas-, el fallo del Inter llegará tarde o temprano". La descripción de Carlos Rexach, el hombre que hace una década fue decisivo para la llegada del argentino Leo Messi al club, no es más ni menos que la síntesis del mejor Barça, ése que desde hace dos años viene deslumbrando al mundo.

La pregunta es, claro, si el Barcelona podrá mostrar su mejor versión o si sucumbirá a la doble presión que implica el partido de hoy.

Está, por un lado, la presión que le impone al equipo toda una ciudad desesperada por ver a los suyos en la final de Madrid. No sería una final cualquiera, porque se juega en el Santiago Bernabéu, el templo de su archirrival Real Madrid. Y está la presión del Inter, que en la ida confirmó, una vez más, que el fútbol consiste, sobre todo, en meter más goles que el rival.

Y a dos goles de distancia del Inter está el Barcelona. Un 2-0 le alcanzaría para llegar a la final, gracias al peso de los tantos marcados en campo contrario. Pero si el Inter lograra anotar en los inicios del partido la noche podría convertirse en un suplicio para los locales.

Todo se cuidó al detalle para buscar ese 2-0, el mismo resultado que los españoles lograron ya ante los italianos en la fase de grupos del certamen.

El césped estará cortado al ras y bien mojado, todo lo contrario de lo que el Inter, nuevamente líder de la liga italiana tras la derrota de la Roma, además de finalista de la Copa Italia ante los romanistas, hizo una semana atrás. El público ya fue aleccionado por el club y los medios de prensa locales para que de las gradas baje una oleada de apoyo que impulse al Barcelona y aplaste al Inter. Y, si esto no es suficiente, el Barça dispone de una inigualable carta ganadora: Messi, el hombre que el 6 de abril convirtió en mágica la noche barcelonesa con cuatro goles que laminaron al Arsenal y llevaron al equipo a la semifinal.

"Leo siempre está en los partidos grandes, y en éste no fallará. Al Arsenal le metió cuatro, ya veremos cuántos le caen al Inter", pronosticó Rexach, sabedor de que Messi no movió ni una vez las redes en seis choques ante equipos dirigidos por Mourinho.

El argentino lleva una sequía goleadora de cuatro partidos desde que agotó los adjetivos y superó lo imaginable ante el Arsenal. Con 40 goles en la temporada, suma ocho en la Liga de Campeones, a cuatro de sus perseguidores más cercanos. Está a un paso de ser, por segunda vez en su carrera, el máximo goleador de la Champions.

Claro favorito en las casas de apuestas, el Barcelona no contará con Puyol, sancionado, ni Iniesta, lesionado. Piqué y Daniel están a una amarilla de quedarse fuera de una eventual final, lo mismo sucede con Samuel, Lucio, Maicon, tres de los defensas titulares del Inter, y el mismísimo Eto'o.

Difícilmente alguien se guarde algo especulando con la final. Mientras que el Barcelona aspira a defender el título, el Inter no llega a una final de la Copa de Europa desde 1972, y no la gana desde 1965. Se entiende entonces que 5.000 tifosi desembarquen en las próximas horas en Barcelona.

Como corresponde a un choque en el que lo psicológico juega un papel clave, el holandés Wesley Sneijder, clave en la construcción y el remate del Inter, será duda hasta el último instante. Dejan Stankovic, el otro centrocampista de creación, está sancionado, por lo que la opción de Mourinho podría ser la de un centro del campo muy físico con Motta, Muntari y Cambiasso.

"Nos dejaremos la piel", vienen prometiendo los jugadores del Barcelona, que en el ciclo de Guardiola ganaron cada vez que se enfrentaron a un partido clave y con presión. Pero la de hoy será "la madre de todas las semifinales", y pocas cosas le gustan más a Mourinho que un clima revuelto y un partido caliente.

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