La política de cohesión europea vira de rumbo tras años de primacía de las grandes infraestructuras como carreteras, aeropuertos y ferrocarriles. "Menos cemento y más conocimiento" es la nueva filosofía que primará en el marco presupuestario 2014-2020, según una presentación realizada ayer por funcionarios de la Comisión Europea en su sede de Madrid. A la hora de explicar las normas de la política de cohesión, "estrategia y eficacia" fueron las palabras más repetidas por Charlina Vicheva, directora de Crecimiento Inteligente y Sostenible del Sur de Europa.

Bruselas insiste en el éxito de la política de cohesión y coloca a Andalucía como muestra de buena gestión, con programas ejemplares como el de fomento de la eficiencia energética y la rehabilitación del parque de viviendas. Según Mikel Landabaso, jefe de Gabinete de Corina Cretu, comisaria europea de Política Regional, esta iniciativa constituye una muestra del nuevo rumbo de la política de cohesión. "Hasta ahora nos hemos centrado en el hardware, como carreteras, aeropuertos y ferrocarriles. Es ahora de pasar al software, a la innovación, que no siempre es I+D", agrega. En otras palabras, "menos cemento y más conocimiento".

Desde su ingreso en la antigua CEE hasta 2020, España habrá recibido casi 200.000 millones de euros. "Es una cifra equivalente a dos Planes Marshall", asegura Landabaso, que insiste en que la política de cohesión ha sido clave para sostener la inversión pública durante la crisis. "La inversión total cayó un 44% y la crisis ha supuesto un retroceso de diez años en la convergencia con Europa", resalta.

En el caso de Andalucía, los fondos europeos asignados a la comunidad entre 1986 y 2013 ascienden a algo más de 41.000 millones de euros, según datos de la Comisión Europea, la Junta de Andalucía y la Administración General del Estado. Para el actual marco presupuestario 2014-2020, Andalucía ha quedado encuadrada en el grupo de regiones de transición, con un PIB per cápita entre el 75% y el 90% de la media europea. En este periodo recibirá directamente de la UE unos 5.768 millones de euros en fondos de cohesión, cantidad a a que habría que sumar la cofinanciación del Estado y la Junta de Andalucía, lo que se conoce como principio de adicionalidad. El Gobierno andaluz ha expresado en varias ocasiones su preocupación por las dificultades para cubrir su cuota de cofinanciación por las restricciones al gasto público impuestas por el Estado, lo que podría suponer la pérdida de fondos. Sin embargo, la Comisión Europea señaló ayer que a nivel comunitario "no se ha recibido ninguna señal sobre estos problemas" tanto desde el Gobierno central como desde las regiones españolas.

Andalucía aún trabaja en la justificación de algunas ayudas recibidas en el marco presupuestario 2007-2013. Concretamente, se trataría de una partida de unos 115 millones de euros gestionada por la Agencia IDEA cuyo plazo de regularización expira a final de año, según fuentes del Ejecutivo Comunitario. La Comisión incidió en que esta exigencia no implica un uso fraudulento y que sigue trabajando en la resolución de las incidencias con las "autoridades nacionales y regionales".

El grado de ejecución de los Fondos Feder asignados a Andalucía entre 2007 y 2013 se sitúa en el 70%, frente al 77% de la media española. Aún quedan obras sin ejecutar cofinanciadas por Bruselas cuyos fondos se perderían si no se reactivan. Entre ellas, se encontrarían las ayudas europeas para el Dragado del Puerto de Sevilla o el Anillo Ferroviario de Antequera. El Ejecutivo Comunitario subrayó que "aún es pronto" para hablar de fondos perdidos. Además, matizó que Andalucía es la región con mayor número de programas operativos. A ello se suma que todavía cabe la posibilidad de reorientar estos fondos a estos proyectos de aquí a finales de año.