Ballet Nacional de Cuba. Directora General: Alicia Alonso. Música: Léo Delibes. Coreografía: Alicia Alonso sobre la original de A. Saint-Léon y la versión de Marius Petita. Libreto: Charles Nuitter y Arthur Saint-Léon sobre un cuento de E.T.A. Hoffmann. Intérpretes principales: Viengsay Valdés (Swanilda), Víctor Estévez (Franz) y Félix Rodríguez (Doctor Coppélius) más el cuerpo de baile del BNC. Lugar: Teatro de la Maestranza. Fecha: Martes, 5 de noviembre. Aforo: Lleno.

Decía Balanchine que si Giselle es la gran tragedia del ballet romantico, Coppélia es la comedia del clásico. Por ello no es extraño que ambas sean las preferidas de una compañía, como el Ballet Nacional de Cuba, que puede presumir de dominar muchos de los registros que posee la danza.

Este gran ballet de Léo Delibes (estrenado en París en 1870) fue incorporado a su repertorio por Alicia Alonso nada más crear su compañía en 1948. La coreografía era de Leon Fokin, pero ella la fue modificando con el paso de los años con dos claros objetivos: hacerla entendible a todo el mundo (no olvidemos que la danza ha llegado a ser en Cuba tan popular como el fútbol) y resaltar su virtuosismo técnico, utilizando el estilo que le corresponde que es el clásico-demicaractère.

En ese sentido, el cuento del fabricante de juguetes que persigue la construcción de una muñeca con vida cobra, desde el comienzo, un aire de gran comicidad, hecho que se acentúa en el segundo acto, con un Doctor Coppélius realmente farsesco que provoca la hilaridad del público en casi todas sus escenas.

El tercer acto, por su parte, Alonso lo dedica al lucimiento de toda la compañía (menos compacta sin duda que en Giselle), con solos muy arriesgados técnicamente y vistosas escenas corales, como el célebre Vals de las horas.

La gran diva cubana de la danza volvió una vez más al escenario al final de la velada para saludar, junto a su compañía, y despedirse del público sevillano.