Cultura

La ópera, espacio de reflexión

Intérpretes: María Rey-Joly, Elvia Sánchez, José M. Zapata, Antoni Comas, Luis Álvarez, Borja Mariño y Jesús Agelet. Dramaturgia y dirección: Albert Boadella. Escenografía: Josune Cañas. Iluminación: Bernat Jansà Lugar: Teatro Lope de Vega. Fecha: Jueves, 5 de junio. Aforo: La mitad.

Bajo la apariencia de comicidad de las creaciones de Boadella siempre es detectable el ajuste de cuentas con los prejuicios e ideologías que en su opinión castran la humana tendencia a la vida feliz. Así, no es difícil hacer de esta dialéctica burlesca Verdi-Wagner una vía de crítica al wagnerianismo oficial y casi orgánico que históricamente ha subyacido bajo el catalanismo y que ha hecho de el Liceo uno de los templos wagnerianos más reconocidos a nivel internacional. Si ya esa circunstancia era suficiente para que Boadella soltase toda su munición cáustica contra el nacionalismo catalán, a ello cabe añadirle el que, como bien lo ha explicado en la entrevista concedida a este diario hace dos días, Boadella intuye en Wagner una peligrosa voluntad de transformar, sí o sí, el mundo y sus valores, como una religión siempre agazapada para dar el golpe.

Con todos estos puntos de reflexión, Boadella despliega toda su enorme sabiduría en el uso y dosificación de los recursos de la teatralidad y la comicidad, con momentos delirantes como esa Valquiria radiada en clave futbolística o la locura de inventar una ópera con personajes de Wagner y música de Verdi. Los cantantes-actores estuvieron espléndidos e inspirados en ambas facetas, sobresaliendo la impactante voz de María Rey-Joly y la muy interesante de Elvia Sánchez. Zapata brilló en su registro central y Álvarez fue el siempre eficaz característico curtido en mil noches de zarzuela. Con el seguro apoyo pianístico de Borja Mariño y la genialidad de Agelet se cerró una refrescante visión del mundo de la ópera.

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