TIEMPO El último fin de semana de abril llega a Sevilla con lluvia

DERBI Horario y dónde ver el Betis-Sevilla

Cultura

Una tremenda burla

  • 'Mal encuentro a la luz de la luna'. W. Stanley Moss. Trad. Dolores Payás. Acantilado. Barcelona, 2014. 256 páginas. 22 euros.

Después de leer la apasionada biografía de Patrick Leigh Fermor que escribió su gran amiga y editora Artemis Cooper, podemos conocer ahora, otra vez de la mano de la traductora Dolores Payás -autora de Drink Time!, una hermosa semblanza del anciano Paddy- el diario donde William Stanley Moss narró la extraordinaria hazaña que ambos, en compañía de un grupo de bravos cretenses, llevaron a cabo en la isla ocupada por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Bien conocida por los devotos de Leigh Fermor, la increíble historia del secuestro del general Kreipe reúne todos los elementos -épica, intriga, azar, heroísmo- que caracterizan a los buenos relatos de aventuras. Tan novelesco que se diría inventado, el episodio fue popularizado por el libro de Moss (Ill Met by Moonlight, 1950) y por la mediocre película homónima (Emboscada nocturna, 1957). Merece la pena seguirlo paso a paso.

Descrito por Leigh Fermor, en el Post Scriptum que cierra la edición, como "un encantador personaje que amaba los libros y tenía sentido del humor, ingenio y capacidad para disfrutar de todo", es decir, como alguien muy parecido a él mismo, Moss era un veterano de la Campaña del Desierto a quien el futuro autor de El tiempo de los regalos conoció en El Cairo, convertido durante esos años en animada retaguardia para los oficiales británicos desplegados en los Balcanes o la propia Creta. Entre misión y misión, los audaces miembros del Servicio de Operaciones Especiales se entregaban sin remordimientos al ocio en un ambiente "de magia, desenfado y romanticismo", y fue en la ciudad egipcia -"medio griega", matiza el filoheleno Leigh Fermor- donde concibieron la insensata idea ("una tremenda burla") de secuestrar al general que había sustituido al despiadado Müller como responsable del mando alemán en la isla de Afrodita. Los detalles de la operación son contados por Moss con amenidad y buen pulso, aunque el noble Paddy -conocido como Mihali entre los partisanos- no dejó de señalar el papel secundario y en exceso condescendiente que la narración de su compañero reservaba a los cretenses de la resistencia. Por rasgos como esa sincera empatía con los nativos, que distancia su alta figura de la arrogancia colonialista, sabemos que el byroniano Leigh Fermor fue uno de los grandes.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios