Cultura

Sotelo concluye para el Real 'El Público', la obra misteriosa de Lorca

  • El estreno mundial será el 24 de febrero de 2015 con dirección musical de Pablo Heras-Casado

"Un mar de sueño/ un mar de tierra blanca/ y los arcos vacíos por el cielo", dice Julieta en su aria de El público, un texto visionario de García Lorca que el Teatro Real ha convertido en ópera gracias al afán de Gerard Mortier y Mauricio Sotelo, que la ha compuesto en "azul oscuro" y nota de Sol. "Estoy encantadísimo. Puedo decir por primera vez en toda mi carrera que es una obra con la que estoy cien por cien feliz y satisfecho", afirma el compositor madrileño (1961), que acaba de entregar al teatro su maqueta y está en pleno proceso de edición de la partitura. Con libreto del escritor, traductor y músico Andrés Ibáñez, dirección musical de Pablo Heras-Casado y escenografía de Alexander Polzin, el coliseo madrileño estrenará mundialmente el 24 de febrero una obra de la que el que era intendente del teatro, Gerard Mortier, fallecido el pasado 8 de marzo, empezó a hablar con Sotelo hace ya seis años.

El músico, que reside en Berlín desde 2011, conoció a Mortier en Salzburgo, cuando el belga estaba a punto de ser nombrado director del Real -2008- y allí le explicó cómo entendía El Público. "Pensaba que su misión era encontrar un gran libreto que pudiera ser un buque insignia de la cultura española en Europa y estaba fascinado por El Público, un texto rodeado de misterio, que había desaparecido y que abordaba la homosexualidad y la idea de la máscara en el teatro, algo muy arriesgado para la época".

Firmaron el contrato en 2010 y aunque se reunieron en varias ocasiones, Mortier nunca llegó a escuchar una sola nota porque Sotelo entregó la maqueta hace dos semanas. Sí vio los bocetos de Polzin y la escenografía que estrenará el Real es la sexta versión. "Mortier tenía un nivel de exigencia tremenda y sabía, perfectamente, de lo que hablaba", explicó Sotelo, que reveló que a quien no le puso "ni un pero" fue a Ibáñez, que creó una historia a partir de la que Lorca escribió en Cuba y metió luego en la caja que dejó a un amigo para que la quemara si a él le pasaba algo. La obra acabó saliendo a la luz en los años 70.

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