Cultura

Barenboim regresa a Andalucía al frente de la West-Eastern Divan

  • La gira arranca el viernes en Córdoba y llega el domingo a Sevilla, donde el maestro tocará también al piano un concierto de Mozart

La nueva gira invernal de la Orquesta West-Eastern Divan (WEDO) arranca esta semana en Andalucía con el maestro Daniel Barenboim al frente. La principal novedad de este año es que el taller de ensayos y convivencia, que venía celebrándose desde 2002 en Sevilla, se ha trasladado a Córdoba para conmemorar el 700 aniversario de su sinagoga.

El trabajo intensivo de esta formación, que, con el apoyo económico de la Junta de Andalucía, abandera el diálogo entre culturas reuniendo a músicos de países en conflicto en Oriente Próximo, culminará con el concierto que este viernes acogerá el Gran Teatro de Córdoba, para el que ya no quedan entradas. Allí la orquesta cuya base integran jóvenes árabes, israelíes y españoles ofrecerá una velada consagrada a la música francesa que, aunque ya estaba programada meses atrás, cobra ahora un emocionado carácter de homenaje tras los atentados terroristas que han convulsionado París.

El programa que se ofrecerá en Córdoba incluye el Preludio a la siesta de un fauno, de Claude Debussy, el Dérive 2 para 11 instrumentos de Pierre Boulez -obra de música de cámara que interpretarán los solistas de la WEDO-, y diversas piezas de Maurice Ravel: Rapsodia española, Alborada del gracioso, Pavana para una infanta difunta y el archiconocido Bolero que compuso en 1928. El mismo repertorio se propondrá al día siguiente, el sábado 17, en el Auditorio Nacional. La cita madrileña cuenta con el patrocinio de la Obra Social La Caixa y también ha colgado ya el cartel de no hay billetes.

La tercera y última oportunidad para disfrutar esta semana del sonido de esta formación será en el Teatro Maestranza de Sevilla, donde el interés de la velada se duplica porque el programa, dedicado íntegramente a Wolfgang Amadeus Mozart, incluye la participación de Daniel Barenboim como solista en el último concierto para piano que compusiera el salzburgués.

El maestro argentino-israelí, uno de los mejores pianistas de su generación, espacia cada vez más sus actuaciones como instrumentista, por lo que su nueva visita al Maestranza -donde aún se recuerda su recital de 1999, con Beethoven, Debussy y Albéniz en los atriles- reviste un carácter realmente extraordinario.

Para el regreso de la WEDO a Sevilla, Barenboim ha planteado un paseo por la esencia artística de Mozart, combinando obras de juventud y madurez del genio. El programa arranca con la obertura de Las bodas de Fígaro en re mayor (K 492), la partitura en un solo movimiento que antecede a la célebre ópera que, ambientada en Sevilla, cuenta con libreto de Lorenzo da Ponte.

A continuación, se interpretará el Concierto para oboe y orquesta en Do mayor, una obra que estuvo mucho tiempo perdida y que Mozart compuso en el verano de 1777 para un intérprete apellidado Ferlendis. La inclusión de esta partitura en el programa permitirá al público admirar la madurez alcanzada por la joven oboísta jiennense Cristina Gómez Godoy, que asumirá el rol de solista. El año pasado, cuando contaba 24 años, esta joven nacida en Linares en 1990 y ex alumna de la Academia de Estudios Orquestales -uno de los primeros proyectos de la Fundación Barenboim-Said que contó con el apoyo del Gobierno andaluz- se convirtió en la integrante más joven de la Staatskapelle de Berlín, la célebre orquesta internacional que dirige Barenboim, donde es oboe titular. Gómez Godoy ha actuado en los escenarios más prestigiosos del mundo, como el Teatro alla Scala de Milán o el Carnegie Hall de Nueva York, y su evolución artística se ha podido admirar igualmente en anteriores comparecencias andaluzas de la West-Eastern Divan, que tradicionalmente ofrecía sus conciertos en Sevilla durante el verano, al término de los talleres.

Por último, el Concierto para piano y orquestanº 27 en Si bemol mayor (K 595), con Daniel Barenboim como director y solista. La crítica ha destacado que esta obra sintetiza en apenas 30 minutos lo esencial del arte de Mozart o al menos lo más trascendente de sus ideas musicales. Compuesto en 1791, el mismo año de su muerte y muy distinto a los veintiséis conciertos anteriores que escribió para piano, este monumento musical sorprende por su belleza, resultado de una combinación inédita de madurez y contención formal.

Tanto para el concierto de Córdoba como para el de Sevilla, la Fundación Barenboim-Said -que combina el estudio y el desarrollo musical con la comprensión entre culturas que han sido tradicionalmente rivales- ha ofrecido descuentos del 50% de las localidades de paraíso para personas desempleadas. La respuesta de la taquilla ha sido, como corresponde a la calidad de la propuesta, arrolladora. Al cierre de esta edición, para el concierto de Sevilla quedaban poco más de 50 entradas a la venta en balcón y patio.

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