Su nombre se repite hasta el infinito entre los amantes de todas las músicas pero siempre se pronuncia con pudor, como si nadie estuviese aún preparado para asumir su pérdida y desde una insensatez casi infantil, todos prefieran soñar con lo que podría haber sorprendido ahora Paco de Lucía. Por eso, aunque se cumpla un año desde que falleciera repentinamente en su playa del Carmen (México), el héroe, el genio y la persona sigue presente en quienes lo quieren, lo admiran y luchan diariamente con sus manos por reclamar o renunciar a la herencia que ha dejado en la guitarra.

También lo estará hoy en el homenaje, dirigido por José Luis Ortiz Nuevo, que se le rinde a las 20:30 como cierre del ciclo de flamenco del Teatro Maestranza. No sólo porque su hijo Curro Sánchez, ganador del último Goya al Mejor Documental por Paco de Lucía: la búsqueda, se ha encargado de traerlo de nuevo ante el público sevillano en forma de imágenes, sino porque como explica Fernando González Caballos, autor de la idea original y del guión, "éste era un proyecto concebido antes de su muerte y que todos hubiéramos deseado que Paco disfrutara".

Sin embargo, las circunstancias mandan y ha tocado recordarlo en su ausencia desde la dificultad o el riesgo que conllevan estas iniciativas póstumas y sin perder la perspectiva de que es un "homenaje desde la guitarra y para el que se ha contado en todo momento con su familia", resalta González Caballos. Así, en el escenario convivirán músicos que compartieron escenario, proyectos y vida con él, como es el caso de sus sobrinos Antonio Sánchez y José María Bandera, Dani de Morón -Giraldillo al Toque en la Bienal 2012 y que participó en Cositas buenas- o el guitarrista clásico José María Gallardo, que ayudó al artista para su Concierto de Aranjuez en Japón. Y también otros que han tomado el testigo al concepto de escuela impuesto por el de Algeciras, como el músico y compositor Juan Carlos Romero, o el jerezano Gerardo Nuñez.

"No se trata -explica el productor- de hacer una réplica de su obra porque, entre otras cosas, sería imposible". Lo que se ha procurado más bien es ser fiel a lo que representó este músico "que sacó el flamenco adelante y rescató la guitarra", destaca Antonio Sánchez.

Es decir, como si de las seis cuerdas de este instrumento se tratase, estos seis guitarristas reflejarán la evolución vital y musical de Francisco Sánchez explorando en los territorios comunes de sus composiciones, cada uno desde su propia perspectiva y personalidad. Porque quizás es éste su único homenaje posible.

En este sentido, cada artista interpretará una obra de Paco y otra propia. "En mi caso tenía claro que quería hacer las primeras bulerías que aprendí con él y de las que conservo intactas sus falsetas", asegura su sobrino, quien se confiesa emocionado pero tranquilo porque "no nos queda otra que poner los cinco sentidos y hacerlo todo por él". Al fin y al cabo, como cita su biógrafo Juan José Téllez en el programa de mano, la última gran victoria sería la de que "la guitarra siga sonando después de su muerte" y el público esté ahí para aplaudirle.