pablo márquez carrascal

XXVI Festival de Primavera. Pablo Márquez Carrascal, piano. Programa: 4 Impromptus D.935 (Op. posth. 142) de Franz Schubert; Sonata nº4 de Alexander Scriabin; 'Corpus Christi en Sevilla' de 'Iberia' de Isaac Albéniz; 'L'isle joyeuse' de Claude Debussy. Lugar: Salón de los Carteles de la Real Plaza de Toros de Sevilla. Fecha: Martes 16 de junio. Aforo: Casi lleno.

Las grandes obras pianísticas de Franz Schubert están llenas de claroscuros, de recovecos, quiebros y fracturas que no siempre son fáciles de transmitir, sobre todo para los pianistas muy jóvenes: en la base están Beethoven y la arquitectura de la forma, pero el estilo de Schubert se libera muchas veces de ella a través de un lenguaje modulatorio original y audaz. Con la segunda colección de Impromptus, el extremeño Pablo Márquez Carrascal (Fregenal de la Sierra, 1989) mostró que aún es desde luego un pianista joven, pero también que no responde en absoluto al modelo de virtuoso sin alma. Puede que en las partes más expresivas y hondas, al estilo de Márquez le falte una mayor capacidad de matización y una más detallada gradación de capas de sonido y de colores, pero hay en sus maneras un lirismo de buena ley, una muy apreciable claridad, una buena forma de equilibrar y contrapesar melodía y armonía, que luce especialmente en los pasajes cantables, y un buen trabajo general con el rubato.

En la segunda parte de su recital, muy bien tramada en torno a la primera década del siglo XX, dejó un Scriabin más romántico que impresionista, bien contrastados los dos únicos movimientos de la Sonata, y un Debussy grácil y de notable transparencia, con líneas claras, sin innecesarios emborronamientos de pretendida trascendencia, aun sin prestar demasiada atención al color, que estuvo mucho más presente en un Albéniz poderoso, claro, limpio, con un buen trabajo de matización dinámica, tan detallada en la partitura.