'El joven Murillo' llegará a Sevilla sin 'piercing' para no herir sensibilidades

Exposición

El Bellas Artes de Bilbao, autor del montaje, lo ha sustituido por la imagen original

Imagen del cartel retirado.
Imagen del cartel retirado.
P. Godino / Sevilla

06 de octubre 2009 - 05:00

No hay innovación ni parodia que valga si se trata del autorretrato de uno de los pintores más sobresalientes de la historia del arte. Así parece haberse pronunciado el coleccionista privado propietario del cuadro de Bartolomé Esteban Murillo (Sevilla 1617-1682), imagen que sirve de reclamo de la exposición El joven Murillo, con una ligera variación: al original se le ha añadido un piercing en la ceja derecha a modo de guiño humorístico.

Coproducida por el Bellas Artes de Bilbao y el de Sevilla, la muestra se inaugura el próximo 19 de octubre en la capital vizcaína y llegará el 18 de febrero a Sevilla gracias al patrocinio de la Fundación BBK y la Junta de Andalucía. Además de reunir las principales piezas del sevillano custodiadas en ambos museos -San Pedro en lágrimas; San Lesmes en Bilbao y San Francisco y San Jerónimo-, reúne medio centenar de obras influenciadas por la pintura de Caravaggio y la literatura picaresca del Siglo de Oro entre las que figuran grandes obras realizadas entre 1640 y 1655 como Joven mendigo, del Museo del Louvre; La visión de Fray Lauterio, del Fitzwilliam de Cambridge, así como Vieja con cesta de huevos y Niños comiendo melón, ambos de la Alte Pinakothek de Múnich.

Ideado por el equipo de creativos de la pinacoteca bilbaína, el fotomontaje disgustó al coleccionista neoyorquino propietario de la obra por lo que, según el portavoz del museo bilbaíno, "para cumplir su voluntad y no herir sensibilidades se ha decidido retirar la imagen modificada y emplear el original como reclamo". A pesar de que el cartel no fue distribuido entre los medios diarios, dos revistas especializadas -ARS Magazine y Subastas Siglo XXI- recibieron hace días el cuadro tuneado para su uso en la agenda de actividades.

Fechado en torno a 1650, el lienzo corresponde a una imagen del célebre autor cuando contaba poco más de 30 años y es la primera vez que puede verse en España. Para Benito Navarrete, comisario de la exposición junto a Alfonso Pérez Sánchez, se trata de una imagen "arriesgada y muy divertida", según ha dicho, que juega con la idea del Murillo joven frente al clasicismo con el que se representa.

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