Birimbao rinde un homenaje a la creatividad de Diego Ruiz Cortés

La galería recupera en una exposición la serie 'Perfiles', que el autor, fallecido el pasado agosto, realizó en los 80 y en la que exploraba su interés por el color y las geometrías

La muestra dedicada a Ruiz Cortés se podrá ver en la galería Birimbao hasta el próximo 27 de marzo.
La muestra dedicada a Ruiz Cortés se podrá ver en la galería Birimbao hasta el próximo 27 de marzo.
Braulio Ortiz / Sevilla

24 de febrero 2010 - 05:00

Diego Ruiz Cortés (1930-2009) desarrolló una fructífera trayectoria al margen de los círculos artísticos sevillanos, marcada por una búsqueda expresiva realizada desde la independencia. La libertad que caracterizó a este autor -incluido en la Joven Escuela Sevillana y compañero de viaje de José Luis Mauri, Carmen Laffón o Jaime Burguillos- motivó que su producción pictórica pasase prácticamente desapercibida hasta la revalorización de la que fue objeto en la última década, cuando instituciones como la Casa de la Provincia o Caja Granada y galerías como Félix Gómez y Birimbao enseñaron al público la calidad de sus propuestas. Tras su muerte el pasado agosto, Birimbao rinde ahora un homenaje al creador con la exposición Perfiles. La muestra recoge una serie de óleos sobre tabla, fechados entre 1981 y 1983, en los que se perciben su maestría en el uso del color y su interés por la exploración de las formas.

Para el comisario Alberto Hevia, el material expuesto revela la mirada lúcida y comprometida con la que Ruiz Cortés contemplaba su oficio. "Cada cuadro son ocho mundos. Cualquier zona de los cuadros en la que te fijes podría ser una obra por sí misma", asegura el especialista, para quien el pintor planteaba "algo muy complejo que da la sensación de ser sencillo, algo que también se puede decir de su personalidad".

El comisario atribuye a su vocación por la enseñanza -ejerció como profesor de dibujo en Alcalá la Real, donde curiosamente dio clases a la galerista de Birimbao, Mercedes Muros- el hecho de que en un principio Ruiz Cortés estuviera "en el cénit de los pintores de aquel momento" y el tiempo lo relegara, injustamente, a un segundo plano. "Él siempre decía: El que se fue de Sevilla perdió su silla", evoca Hevia con una sonrisa nostálgica. De esa dedicación en la periferia artística tuvo la culpa también que el sevillano prefiriera "pintar sin coacciones de ningún tipo, hacer lo que quería", aunque eso no impidiera que su intuición corriese pareja a las circunstancias que se daban en el mundo. Hevia apunta una coincidencia en este sentido: el mismo año que Kubik inventaba su famoso cubo, Ruiz Cortés volcaba su pasión por las geometrías en una figura muy similar. Su entrega a la pintura no perdió intensidad ni siquiera cuando la enfermedad de Parkinson mermaba sus facultades. Hevia comparte una conmovedora imagen del artista, cuando éste bajó a su estudio, ya con un deterioro notable, a barnizar sus últimos cuadros, a despedirse de su trabajo. Después, recuerda, "subió a su casa y nunca más se volvió a mover de allí".

Perfiles. Galería Birimbao (Alcázares, 5). Hasta el 27 de marzo. Horario: de martes a viernes, de 11:00 a 13:30 y de 18:00 a 21:00. Lunes, sólo por la tarde. Sábado, de 11:00 a 14:00.

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