puntadas con hilo

Sevilla en las quinielas

  • El actual delegado de la Junta en la provincia se perfila como una pieza clave en el nuevo gobierno de Susana Díaz

Asólo veinte días de la investidura de Susana Díaz como presidenta de la Junta de Andalucía las quinielas están ya circulando y se dispararán a partir de mañana, cuando la maquinaria política de la todavía consejera pise el acelerador. Parece lógico que la nueva presidenta quiera mantener un equilibrio territorial, lo que dificultaría la entrada de nuevos sevillanos en el Gobierno andaluz.

Sevilla tiene ya pesos como María Jesús Montero -a quien se la ha llegado a ver como posible alcaldable- o Emilio de Llera, que, pese a sus perfiles independientes, mantienen además cercanía con Díaz, sobre todo éste último, cuya pareja dirige la agrupación socialista donde milita la futura presidenta: Triana. ¿Saldrá alguno? ¿Volverán otros? Juan Espadas, que ya fue consejero de Vivienda, puede que añore su pasado más técnico que político en la Junta de Andalucía, pero ahora asegura sentirse cómodo en su sillón de la oposición del Ayuntamiento de Sevilla y encantado con la experiencia municipal.

Además, no sería lógico que Susana Díaz, a quien ya le reprochan su sevillanía y su sentimiento trianero, primara el peso de los sevillanos, por más larga que sea la lista de favores por pagar, sobre todo cuando hay otras provincias orientales a las que compensar por el apoyo prestado.

Pero si hay alguien cercano y con papeletas para elegir puesto, ése es el actual delegado del Gobierno andaluz en Sevilla, y no sólo porque sea ya de por sí el nombre de la Junta de Andalucía en la provincia. En el círculo más cercano a la Presidencia, todos saben que Francisco Javier Fernández (no confundir con el alcalde de La Rinconada, con el mismo nombre) tiene mucha influencia en las decisiones que toma Susana Díaz. Ya la tenía antes y ahora también.

Sevillano -aunque nacido en Utrera- y rociero como ella, es amigo personal de la consejera de la Presidencia y colabora con ella desde hace muchos años. Ambos coincidieron en el Ayuntamiento de Sevilla en 1999, cuando fue director de área de la entonces concejal de Juventud. En el ámbito municipal, Fernández fue director también de Empleo, hasta 2003, y de Educación hasta 2007, justo antes de dar el salto a la Junta de Andalucía como delegado provincial de Medio Ambiente. Además, fue miembro de la comisión provincial de patrimonio y representante en la Federación Andaluza de Municipios y Provincias durante cinco años. Fernández es licenciado en Geografía e Historia por la Universidad Hispalense y experto en Alta Dirección de Instituciones Sociales por el Instituto Internacional San Telmo. A nivel orgánico milita en la agrupación Macarena, una de las mayores de la capital.

A sus 44 años reúne experiencia orgánica, trayectoria y preparación. ¿Podría ser Fernández consejero de Educación? ¿Yde Medio Ambiente? ¿O incluso de Presidencia? ¿Quién lo sabe? Tal vez todavía ni siquiera la propia Susana Díaz. Ya hay quien apunta que podría ser lo que quisiera, consejero o no, dada su cercanía y compromiso con Díaz.

Pero, ojo, no se trata de una mera afinidad personal, sino profesional. Amiga íntima es tambiénVerónica Pérez, a quien algunos ven ya con alguna cartera en el Consejo de Gobierno. El trabajo y los valores de Fernández, siempre discreto y en un segundo plano, están sobradamente probados y su buen talante no desagrada a casi nadie. En Sevilla, está integrado en la vida social y acude en representación del Gobierno andaluz a actos religiosos y civiles. El último, la procesión de la Virgen de los Reyes.

La futura presidenta se fía de su buen criterio, como político y como gestor, y su solvencia para coordinar. Todo ello lo convierte en pieza clave en el Gobierno de Susana Díaz y, en concreto, en Presidencia. Pero en su contra juega que es sevillano. Por ello hoy sólo es una cruz en la quiniela. El partido acaba de empezar, pero el resultado no tardará en conocerse.

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