l "Los veranos de mi infancia los solía pasar en mi pueblo, Armilla, en Granada". "Mi familia y yo pasábamos el verano entre cemento, ladrillos y mangueras. Allí nos teníamos que conformar con mangueras de agua, ya que no hay playa y hace mucho calor. Pero para mí era suficiente y echo mucho de menos esos años junto a mis padres y mis hermanos".

l "En uno de mis veranos de niña encontré mi primer amor". "Es bonito recordar los amores de verano y yo en mi pueblo durante unas vacaciones encontré el primero. La historia es bonita pero lo cierto es que fue un amor que finalmente no conseguí, fue un amor platónico, y yo lo pasaba mal porque lo quería pero bueno, no pudo ser. Ahora me acuerdo de esa época y lo hago con mucho cariño y me quedo con que es una anécdota más de las vacaciones que vivía cuando era una niña".

l "Un año mi padre decidió comprar una casita en La Malahá". "Fue un año especial, ya que, aunque también era un pueblo de Granada, cambiábamos de sitio. Y aunque lo que hacíamos allí mis hermanos y yo era ayudar a mis padres con la casa, con los arreglos y los muebles para poder instalarnos allí, me lo pasé en grande porque era algo que nunca había hecho. Yo siempre he sido muy sencilla para todo, no necesito grandes viajes ni grandes cosas para disfrutar de la vida, con tener a mi gente cerca, a mi familia, a mis amigos, me vale".

l "Los planes que hacíamos eran muy sencillos". "Una barbacoa con la familia y amigos en alguna casa que duraba el día entero, irnos a pasar las horas a una piscina en el pueblo o estar jugando en casa... ¿para qué necesitábamos más? Para otros niños eso quizá fuera muy poco, al volver al cole mis compañeros contaban que se habían ido lejos de viaje o habían hecho cosas más diferentes, pero nosotros no. Gracias a eso he aprendido muchas cosas, sobre todo a que con lo sencillo se puede ser feliz y es como se está tranquilo en el día a día".

l "Me encanta ver ahora cómo mis sobrinos disfrutan del verano, me veo reflejada". "Aunque me gustaría viajar por varios sitios, lo cierto es que cuando puedo sigo yendo a mi casa en verano. Ahora todo vuelve a ser distinto ya que de nuevo hay niños en casa, mis sobrinos. Intentamos hacer con ellos las cosas que nosotros hacíamos de pequeños, con las que aprendimos muchos de los valores importantes de la vida y aunque me entra la nostalgia y me acuerdo mucho de mi padre, me encanta que me hagan recordar mis tiempos de niña".