El espectáculo de la moda en Nueva York concentra en la Gran Manzana estos días a cerca de 100.000 personas del sector entre compradores, periodistas, estilistas y estrellas. Tras los desfiles de París, Milán y Barcelona, y antes de los de Madrid, la pasarela de Nueva York centra su atención en diseñadores y firmas de este lado del Atlántico, con una importante incidencia latina, aunque no falta una creciente presencia española. La tormenta de nieve que asola el noreste de Estados Unidos ha provocado complicaciones y algunos retrasos en el programa previsto, como lo ocurrido con Marc Jacobs, tradicionalmente uno de los pases más esperados de la semana de la moda y que se ha visto obligado a postergar su desfile de hoy hasta el jueves.

La cita con la moda en NY arrancó el jueves de la mano de firma BCBGMaxAzria, que presentó una propuesta para la temporada otoño-invierno que interpreta y adapta a la vida urbana motivos geométricos de Estambul y el estilo de los gitanos del sur y el este de Europa. El francoestadounidense Max Azria, y su directora creativa y esposa, Lubov, mostraron una colección que se inspira también en el artista Phil Frost y su técnica de superposición de capas de diversas texturas.

El viernes el modisto César Galindo presentó su colección para la próxima temporada otoño-invierno dentro de su línea Czar, en la que predominaron los elegantes y sensuales vestidos que le han dado a conocer. Fiel a su estilo, Galindo llevó a la pasarela una propuesta de creativos vestidos de fiesta, algunos ceñidos, que moldean el cuerpo con sensualidad o con mucho volumen y con cinturones, otros de corte asimétrico o con plisado en la espalda, centrando la atención en ese detalle. También incluyó blusas tipo túnica, sin que faltara el pantalón de pata ancha, los leggins, chaquetas cortas y el mono (overol) para llevar de fiesta, colección que además de ser cómoda, permite a la mujer combinar piezas y con variedad de estilos.

Las ciudades antiguas de Norteamérica y Sudamérica y sus personajes inspiraron la colección del peruano Sergio Dávila.

Por su parte, Tommy Hilfiger propuso una revisión contemporánea del traje masculino de los años 60. Su desfile combinó el clasicismo del traje inglés con cortes modernos y atrevidas combinaciones de colores y dibujos. La marca define el estilo de esta colección como "sastrería sin formalidad aburrida".

La firma española DelPozo debutó ayer también en NY con Josep DelPozo a la cabeza. Su colección para el próximo otoño-invierno presenta un cuidado equilibrio entre el expresionismo de la arquitectura orgánica y la delicada feminidad de la Era Victoriana. Durante el día, tejidos como lana y mohair trabajan la propia estructura de los diseños para construir formas naturales en vestidos, abrigos y mini shorts. Avanzada la noche, tules, jacquards, crepes y organzas, sin abandonar los volúmenes, introducen ligeros vestidos de corte romántico.

Por último, Lacoste se inspiró en las expediciones polares, con colores muy suaves (blanco y marfil, pero también azul y verde claros) con estampados apenas perceptibles de paisajes, rocas o icebergs. Impermeables casi transparentes, chaquetas y abrigos, a veces con hombros y mangas amplios, o también con grandes capuchas, daban volumen a las líneas. Para ellas, no faltaron boleros de amplios hombros.