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El Ayuntamiento huye de El Coronil

  • Las protestas de una treintena de vecinos bloquean la actividad del Consistorio · El alcalde muda su despacho a otras dependencias · El último Pleno fue suspendido

Varios patrulleros de la Guardia Civil permanecen vigilantes en la plaza del Ayuntamiento de El Coronil en previsión de incidentes y en el interior de la Casa Consistorial varios agentes de la Policía Local controlan el tránsito de personas por los pasillos. La tensión está a flor de piel en el municipio desde hace diez días, coincidiendo con la celebración de un debate en la televisión municipal en el que se abordó la polémica creada en torno a los contratos realizados con cargo al PER. El alcalde asistió como contertulio, pero tuvo que hacerlo accediendo a los estudios desde la azotea de una casa colidante ante el temor a ser agredido por quienes se concentraban ante la sede de la televisión.

"Es un estado de sitio, cada día nos espera una cosa distinta", afirma Jerónimo Guerrero (PSOE), que desde el 16 de junio de 2007 ocupa la Alcaldía de El Coronil. Atiende a los periodistas en un pequeño despacho sin ventanas situado en unas dependencias municipales situadas a diez minutos de paseo del Ayuntamiento. Su elección como regidor -con el respaldo de un concejal del Movimiento Andaluz de Izquierdas (MAI)- quebró 30 años consecutivos de alcaldes de Izquierda Unida.

El pasado martes, varias decenas de personas impidieron la celebración del Pleno municipal tomando por la fuerza asiento en las escaleras que conducen al salón correspondiente: la Guardia Civil adujo que carece de competencias para actuar en el interior de un ayuntamiento y la Policía Local no pudo garantizar la seguridad de los concejales. Guerrero decidió suspender la sesión y estudiar la posibilidad de celebrarla dentro de unos días fuera del pueblo, quizá en la sede de la Diputación, en Sevilla, para que la actividad municipal no se vea paralizada.

La escena recordó a algunos la vivida hace año y medio, cuando tras las elecciones municipales se constituyó la nueva Corporación y se eligió al nuevo alcalde. IU fue, por 52 votos de diferencia sobre el PSOE, la formación más votada y ambas cuentan con seis escaños. El desempate lo resolvió Manuel Lara, edil del MAI, en un Pleno tumultuoso en el que alguien le arrojó un zapato y en el que se oyeron gritos y amenazas. Aquella noche, la casa de Lara estuvo sitiada por varias decenas de personas hasta las cuatro de la madrugada, protegida por la Guardia Civil.

Fundador del Sindicato de Obreros del Campo (SOC) y ex militante de su brazo político, el CUT, Lara recuerda los golpes en la puerta de su domicilio y el miedo vivido por sus hijos menores, de 4 y 9 años en aquel entonces. La fachada de su casa ha amanecido más de uno y de dos días garabateada con pintadas. En una localidad de 5.100 habitantes en la que casi todos se conocen, ni él ni el alcalde aparcan sus coches en la calle. Lara también nos cita lejos del Ayuntamiento, a cuyo equipo de gobierno no pertenece. "40 personas no pueden imponer la forma de pensar a todo un pueblo", señala.

Una visión completamente distinta la ofrece el ex alcalde de IU y líder del SOC Diego Cañamero. Desde Bruselas, y tras haber expuesto a miembros del Parlamento Europeo su visión sobre la inmigración en Andalucía, negó anoche en una conversación telefónica la visión de Guerrero y Lara. "En El Coronil hay una normalidad democrática plena, es una balsa de aceite. Todo es falso y un montaje para crucificarnos y justificar su mala actuación como gobernantes", sentenció.

Cañamero justificó la concentración de trabajadores en el Ayuntamiento y acusó al alcalde de dedicar los recursos del PER a "la contratación de técnicos en vez de a mano de obra no cualificada" en un pueblo con un índice de paro que el SOC sitúa en torno a las 900 personas, incluidas las pertenecientes al régimen agrario.

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