La concesión de un título honorífico en reconocimiento a la labor en beneficio de los pobres y marginados que realizan las hermanas de la Cruz estaba en los planes del alcalde, Juan Ignacio Zoido, tal como publicó este periódico el pasado sábado y como confirmaron ayer fuentes municipales y fuentes autorizadas de la compañía de la Cruz. Han sido las propias religiosas las que han declinado amablemente una distinción que se debatió en el seno de la junta de gobierno de la ciudad, donde se abordó si lo conveniente era conceder el título de Hija Predilecta a Sor Ángela de la Cruz o la medalla de la ciudad a la congregación fundada en 1875 y extendida por España y varias países más. "Así ha sido, nos lo han ofrecido amablemente, pero hemos dicho que no", fue la respuesta directa de una portavoz autorizada del convento.

La congregación de la Cruz tiene por norma no aceptar reconocimientos. De hecho, cuando la tertulia cofradiera El Jarrillo concedió su conocida distinción a las hermanas de la Cruz, no se celebró el acto social acostumbrado. Los pocos cofrades que forman parte de esta tertulia acudieron al convento y entregaron el Jarrillo de Lata a las hermanas en un acto sencillo, de carácter especialmente privado y sin ninguna publicidad posterior.

En la visita que hizo a Sevilla, el Papa Juan Pablo II en noviembre de 1982, visitó el convento de las hermanas de la Cruz y oró ante el cuerpo de Sor Ángela. En la mañana del 5 de noviembre de 1982, en la Statio Orbis del campo de la Feria de los Remedios, ante una multitudinaria congregación de fieles era proclamada Beata Ángela de la Cruz. Sor Ángela fue canonizada el 4 de mayo de 2003 con el nombre de Santa Ángela de la Cruz en una ceremonia celebrada en la Plaza Colón de Madrid. Por este motivo, el cuerpo incorrupto de la santa recibió culto en la Catedral en un triduo extraordinario.