El aeropuerto de San Pablo ha perdido en los primeros cinco meses del año 2013 más de un 15% de viajeros en relación con el mismo periodo del año anterior. Entre enero y mayo pasaron por la terminal sevillana 1.519.587 personas, mientras que en los mismos meses de 2012 lo hicieron 1.794.523, según los datos facilitados este lunes por Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA). 

La tendencia a la baja se ha mantenido a lo largo de todos los meses, si bien en mayo el desplome se ha atenuado algo más que en los meses anteriores. Entre enero y mayo crecieron los viajeros y en cada mes hubo más que en el anterior, aunque en un número bastante inferior al del año anterior. Fueron más los pasajeros que salieron (762.886) que los que llegaron (756.701) y la gran mayoría de los que utilizaron el Aeropuerto de San Pablo lo hicieron con salida o llegada desde Barcelona. Después del Prat, el aeropuerto de París Orly ha desbancado al de Madrid, que pasa al tercer puesto. 

Mientras que el número de viajeros desciende más de un 15%, el transporte de mercancías ha crecido en un 6,2%, con 2.194.261 kilos. En cuanto a las operaciones, la terminal sevillana decreció en un 20,4%, quedándose en 17.209. Con estos datos, el aeropuerto de Sevilla sigue siendo el segundo de Andalucía por detrás del de Málaga, pero pierde más viajeros que la media andaluza, que cayó un 6,3%. 

El presidente de las asociación de Agencias de Viajes de Sevilla, Antonio Távora, lamentó este lunes que se cumplan los vaticinios que el sector turístico hizo hace unos años. Para Távora, la bajada de los viajeros es fruto de la "política de tierra quemada" de las compañías de bajo coste, en clara referencia a Ryanair, la aerolínea que más usuarios transportó desde Sevilla en los primeros meses del año. "Esta compañía se queda con el mercado, lo revienta y echa a perder todo lo conseguido. Ahora mismo es muy difícil organizar un evento importante en Sevilla porque hay muy pocas conexiones. De seguir con esta línea, el Aeropuerto de Sevilla se va a convertir en un aeropuerto de juguete, con vuelos a destinos muy poco demandados por los usuarios", apuntó Távora.