Dos horas de clase para el inicio de un curso. Apenas 120 minutos en los que la normalidad fue la tónica dominante, según señaló ayer la Delegación provincial de Educación tras el informe de los inspectores. Sólo dos colegios registraron incidencias: el CEIP Manuel Medina, en Burguillos, donde los alumnos de ocho años no podrán hacer uso de los aseos de las aulas prefabricadas (caracolas), y el CEIP La Mulata, en Utrera, en el que las clases se retomarán el próximo lunes al no haberse acabado los trabajos por la celebración de la feria del municipio la semana pasada. En cuanto a los docentes, el principal problema -según CCOO- lo constituyen los puestos bilingües que al día de ayer aún no habían sido cubiertos.

Se acabaron las vacaciones para los 210.307 alumnos sevillanos de Educación Infantil, Primaria y Especial que ayer regresaron al aula en 533 centros de la provincia. Precisamente en la primera etapa es en la que se ha registrado este curso un descenso en las matriculaciones. En concreto, un 4,3% menos que en septiembre del año pasado, merma debida a la bajada de la natalidad durante la debacle económica que se inició a finales de 2007, de ahí que se considere este curso como el de la incorporación de la generación de la crisis a la escuela. En el cómputo global, por contra, el alumnado sí ha aumentado -aunque en menor medida que en años anteriores- al sumar 4.868 estudiantes más desde el primer ciclo de Infantil (guarderías) hasta las etapas posobligatorias de Bachillerato y Formación Profesional.

El delegado de Educación, Francisco Díaz, en declaraciones a Europa Press, aseguraba ayer que el servicio de inspección del citado departamento no había trasladado ninguna incidencia en este arranque de curso. Ni siquiera las obras que se acometen en numerosos centros habían provocado alguna anormalidad. Es el caso de la capital hispalense, donde en una decena de colegios se desarrollan trabajos de mejora por parte del Ayuntamiento hispalense. El lunes el alcalde recorrió un centro de cada uno de los 11 distritos para supervisar las actuaciones que se llevan a cabo. Aunque en la mayoría de éstos ya estaban concluidas, lo cierto es que este periódico constató ayer que en varios de ellos estos proyectos seguirán ejecutándose coincidiendo con el desarrollo de las clases.

Así, en el CEIP Valeriano Bécquer (barriada Padre Pío-Palmete) la construcción de un almacén sólo afecta un lateral del centro, mientras que en el CEIP Vara del Rey (Tablada), los trabajos ya están más avanzados. Donde aún no ha empezado a sustituirse las ventanas y las cubiertas es en el Sor Ángela de la Cruz (Casco Antiguo), ya que como explicó el lunes el alcalde este proyecto ha sufrido un retraso debido a los problemas económicos de la empresa que los iba a realizar, lo que obligó a adjudicarlos de nuevo el viernes.

En el Calvo Sotelo (Distrito San Pablo-Santa Justa), se ha acotado una zona del centro mientras se instala un nuevo sistema eléctrico, sin que estos trabajos afecten al desarrollo de las clases. En el CEIP Manuel Altolaguirre (Polígono Sur) falta aún por pintar algunas zonas, y en el CEIP San José de Calasanz (Triana) las obras para mejorar la seguridad y las condiciones de salubridad deberían haberse acometido en julio y agosto pero, como informaron fuentes del colegio, no comenzaron hasta el 2 de septiembre. Su desarrollo no debe interferir con las clases.

En la provincia, el Colegio Manuel Medina, en Burguillos, fue el que registró el principal problema. Los niños comenzaron el curso, aunque buena parte de ellos no pudieron hacer uso de los aseos al no haberse instalado una fosa séptica en las caracolas en las que estudian. Así lo denunciaba la asociación de padres (ampa) que criticó este "olvido" por parte de la administración educativa. Según los padres, dicha carencia obligará a 100 niños de ocho años a cruzar un patio de 75 metros para acudir al aseo. El delegado de Educación responde que ya se está trabajando en la redacción del proyecto para crear un nuevo colegio de tres líneas en dicha localidad, donde se trasladaría el CEIP Manuel Medina, y para el que está en contacto con el Ayuntamiento de la localidad con el fin de lograr una parcela.

Este curso serán 21 centros los que continúen con aulas prefabricadas, aunque Francisco Díaz aseguró la semana pasada que la mayoría de los colegios que cuentan con estas instalaciones -en principio provisionales- desean continuar con ellas al disponer de todos los servicios que requiere la comunidad educativa. Este curso abandonarán este tipo de aulas los alumnos del IES Chaves Nogales, en Sevilla Este, que se trasladarán a su sede definitiva a partir del 15 de octubre. A este nuevo centro se sumará un instituto en Palomares del Río y un colegio en Alcalá de Guadaíra.

Precisamente el único colegio que ha postergado el inicio de curso, el CEIP La Mulata (Utrera), funcionará también en caracolas por la sustitución del edificio. Dicha demora obedece a que las aulas prefabricadas se instalan esta semana en una zona que ha estado ocupada por la feria de la localidad, que acabó el pasado domingo.

En cuanto a la plantilla docente -que este curso aumenta en la provincia en 199 profesionales- sindicatos como CCOO aseguraron ayer a este periódico que no se ha registrado un gran número de bajas sin cubrir en este arranque, como ocurrió años pasados. El secretario general de enseñanza de esta central en Sevilla, Miguel Albéndiz, puntualizó que donde se producen las principales incidencias es en los puestos bilingües, lo ha provocado que muchos centros no contaran ayer con un profesional que los ocupara. Este problema ya se originó años atrás. Educación abrió la bolsa de esta especialidad la semana pasada.