El Parque del Alamillo de la isla de la Cartuja cumplió ayer, 12 de octubre, su vigésimo aniversario y ya es el más veterano de los recintos metropolitanos de Andalucía. Fue inaugurado en 1993 al calor de la celebración de la Exposición Universal y pretendía corregir el importante déficit de zonas verdes. En la actualidad, el Alamillo es una pieza clave del sistema de espacios verdes del área metropolitana. Lo visitan 1,5 millones de personas al año que lo valoran con un notable alto.

El parque está inmerso en un ambicioso proyecto de ampliación que cuenta con una inversión pública de 647.256 euros. Por un lado, se está acondicionando la zona de naranjales de 40 hectáreas que rodea el Alamillo hasta la dársena del Guadalquivir y entre la SE-30 y el Parque Tecnológico de la Cartuja. La superficie aún no estaba acondicionada para el uso público y ampliará la superficie de este pulmón verde de Sevilla y su aglomeración urbana hasta las 120 hectáreas, una dimensión similar al Retiro de Madrid. Por otro lado, la Junta también construye en esta zona de ampliación dos nuevos accesos fluviales al parque, en la margen derecha del Guadalquivir, destinados al atraque de embarcaciones no motorizadas.

En la última década, la Administración autonómica ha invertido 50 millones de euros en crear, ampliar, dotar de equipamientos y mantener en condiciones óptimas este espacio.

La Consejería de Fomento y Vivienda de la Junta inició en agosto las obras de acondicionamiento, que cuentan con un presupuesto de 282.256 euros y que terminarán en noviembre. La actuación contempla la limpieza del terreno y extensión de zahorra sobre los caminos existentes, con el fin de que sean aptos para el tránsito peatonal, así como la adecuación de parte de los naranjales para destinarlos a huertos urbanos, que se pondrán a disposición de los ciudadanos a partir de un proceso de selección. La UTE Ielco e Ingeniera, Nuevos Desarrollos y Expansión (Indeex) ejecuta este proyecto para el que se convocó un concurso público.

Esta superficie de 40 hectáreas ofrecerá al visitante la posibilidad de disfrutar de unas magníficas perspectivas del río. La zona alberga restos de antiguas infraestructuras agrarias datadas entre los siglos XVIII y XIX, entre las que destacan restos de dos antiguas norias de agua, un acueducto, varios tramos de acequias, una alberca, pozos y un edificio agrícola. Ese patrimonio podrá ser observado por los visitantes del Alamillo en su paseo por estos terrenos, que figuran en la cartografía antigua como zona de cultivo en los extramuros de la ciudad. Estos vestigios son testigos de la evolución tecnológica experimentada por la agricultura en el siglo XX en el valle del Guadalquivir, cuando se da el tránsito de la noria movida por caballerías al motor de explosión y posteriormente al eléctrico, lo que permitió disponer cada vez de más agua, propiciando la sustitución de los cultivos tradicionales por los naranjales.

La Consejería que dirige Elena Cortés, aprovechando esta intervención, también completará la red de carriles-bici de Sevilla acondicionando el camino de ribera para su uso peatonal y ciclista desde el Puente del Alamillo hasta la pasarela de San Jerónimo y el centro territorial de RTVE.

La zona reservada a huertos urbanos para los ciudadanos de la capital y el área metropolitana de Sevilla, que asciende aproximadamente a una hectárea, tendrá capacidad para 133 huertos. Éstos tendrán superficies de 17,5, 35 y 70 metros cuadrados, aunque es posible también adecuar parcelas colectivas de 140 metros cuadrados.

Las obras de los dos nuevos accesos fluviales al parque en la zona de ampliación, destinados al atraque de embarcaciones no motorizadas como vela o remo, comenzaron en septiembre con una inversión pública de 365.000 euros. La actuación supone abrir para la ciudadanía la fachada fluvial de este espacio verde en dos puntos: junto al Puente del Alamillo, donde irá una instalación ligera de rampas flotantes con apoyo en el aparcamiento del parque para embarcaciones de vela ligera, y un pantalán de dos módulos de 24 metros cada uno colindante con la pasarela peatonal.