puntadas con hilo

La casa por barrer

  • Zoido dijo que lo primero era parar y ordenar, y en eso agotará el mandato El marketing no limpia la ciudad

ZOIDO logró este año por fin su escoba. Casi se acaba el mandato y el alcalde de Sevilla a punto estaba ya de quedarse sin el galardón del que antes presumieron Alejandro Rojas Marcos, Soledad Becerril y Alfredo Sánchez Monteserín. En total, la empresa Lipasam ha sido distinguida ya en nueve ocasiones con un galardón -en tres ocasiones de plata, una de oro y cinco de platino- que otorga la Asociación Técnica para la Gestión de Residuos y el Medio Ambiente (Ategrus). Dicen las malas lenguas que estas escobas vienen como premio, cual promoción de hipermercado, con los lotes de maquinarias. Mientras más tecnología adquiere un ayuntamiento más opciones tiene de ser elegido.

Sea como fuere, lo cierto es que Sevilla no parece que esté hoy más limpia que en 2012, o que en 1994 o el año 2000, años en los que el Ayuntamiento de la capital se quedó sin esta distinción bianual. Es más, el premio no reconoce la pulcritud de las calles y plazas, al menos este año, sino el esfuerzo realizado por el gobierno y la plantilla para rentabilizar los recursos para limpiar. En definitiva, el galardón le corresponde a Sevilla por el modelo de limpieza viaria ideado tras la huelga que ganó Zoido a los barrenderos y que ahora se está poniendo en marcha. En resumen, se trata de extrapolar el sistema del centro al de todos los barrios y garantizar una limpieza 24 horas. ¿Cómo? Reestructurando los turnos y mecanizando los procesos. Más maquinaria pero el mismo personal, eso sí, distribuido de otra forma. ¿Funcionará? Ésa es la intención, pero es pronto para sacar conclusiones. Lo que sí queda claro es que la escoba de la viaria es un reconocimiento político, a un modelo puesto en marcha simplemente, no a la ciudad más limpia.

Y no hay más que darse una vuelta para ver porquería. La oposición lo está haciendo estos días y no para se recopilar fotos de basura. El algodón no engaña y la oposición ya tiene serias sospechas de que la nueva limpieza viaria tiene mucho más de marketing que de efectividad. Los de IU lo dicen abiertamente, en el PSOE son más moderados y esperarán a ver algún resultado. La prudencia viene bien porque la limpieza sigue escalando posiciones en el ranking de preocupación de los sevillanos. Es un tema serio y que hay que abordar, la cuestión es que se debería haber abordado.

Zoido, cuando llegó a la Alcaldía, repitió hasta la saciedad que lo primero era parar, para analizar la situación y ver por dónde se podía meter mano al desastre; luego ordenar, y aquí entran los nuevos modelos de gestión con el cuño del PP, entre ellos, la reorganización de la viaria. Y por último, se podría echar a andar. Lo malo es que el mandato se agota sin que apenas se hayan podido dar pasos. ¿Estará a partir de ahora Sevilla más limpia? ¿Y darán los centros deportivos mejor servicio? Por poner otro ejemplo de un cambio de modelo de gestión implantado por el nuevo gobierno del PP, el de los centros e instalaciones deportivas. O ¿acabará Zoido con la botellona a base de multas? ¿Y con los gorrillas a costa de más zona azul? Quizás y se habrá ordenado la ciudad al modo de Zoido, pero ¿cuándo? El tiempo se agota.

El alcalde asegura que nada es imposible, eslogan de la campaña que le llevó a la Alcaldía. Pero sí admite que es difícil y emplaza ya a los sevillanos a más allá de 2015. Muchos ciudadanos pensaban que el futuro era Zoido y ahora ven cómo sigue habiendo ratas, no en el Vacie, sino en San Pablo, por ejemplo. A algunos incluso les molesta ya esas campañas de chiste fácil de Lipasam pidiendo a la gente que sea más cívica y no ensucie Sevilla. Cierto es que hay gente cochambrosa y mal educada. También que Sevilla está por barrer y hay problemas de limpieza que no se arreglan con chistes de Manu Sánchez. Ni con escobas de platino.

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