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La ilustre cofradía de los 'melenas'

  • Encuentro. Casi 200 protagonistas de la prehistoria musical sevillana se dieron cita en la discoteca Antique para recordar la época en la que se comían el mundo con la música.

LA mayoría hacía más de 30 años que no se veían. Ni existía el lugar donde se reunieron, la discoteca Antique, pabellón del Comité Olímpico Internacional en la Expo 92. Este revival lo iniciaron ocho, con Raimundo Palma como inspirador. Ayer se juntaron cerca de 200.

Adrián Sánchez nació en Comillas (Cantabria) en 1943 y llegó a Sevilla con dos años. Lo suyo no era el negocio familiar, los bares Quijano, "el último en la Puerta Osario"; tampoco la carrera militar, que abandonó por la música "y me fui a Estados Unidos". Allí ha cantado en los 51 estados. Hizo giras con la cadena de hoteles Sheraton. En Sevilla estuvo en grupos como Los Aristogatos y Los Ceros.

"Oye, melena, qué está pasando". Paco Herrera (Sevilla, 1954) recuerda la frase que le dijo Camilo José Cela cuando el escritor gallego pronunció el pregón del Verdeo de Arahal en 1982. Herrera ha perdido la melena, pero no la música, "una enfermedad incurable, progresiva y mortal". En la puerta de la discoteca está el Lele, José María Saavedra, con la melena incólume.

Los hermanos Lorenzo y Juan José Romero han estado en los grupos y entre bastidores. Cuando lo vieron tocar en la base de Morón, los americanos contrataron a Enrique Mojarro y estuvo veinte años recorriendo todas las bases. Nació en Huelva el mismo año que el Juan Carlos I. Fue premio nacional de acordeón.

Antonio Navas saluda a Pepe Alcántara. Reencuentros con música de Chicago. El primero canta todavía por Armando Manzanero, Lucho Gatica o Nat King Cole. "Los Crich eran la onomatopeya de los grillos, como hicieron los Beatles con los escarabajos". El grupo Los Escarabajos actuó al final, igual que Otto Music Band, formada por Manuel Miranda y los hermanos Otto y Conrado Engelhardt, bisnietos del alemán que llegó a España y fue el primer director de la Compañía Sevillana de Electricidad.

El perfil viajero y cosmopolita de estos músicos lo encarna Arturo Cárdenas (San Juan de Aznalfarache, 1948). "Yo era mánager y contable de los Crich. El batería se fue a la mili y yo lo sustituí. Cuando volvió, yo seguí". Le mantuvieron el puesto cuando él se fue a la mili. "En ese tiempo estuvo El Camello, del grupo Soñadores, que ha muerto hace seis o siete meses". Rafael Domínguez, cantante al que conocían como el Elvis de Sevilla, formaba Los X5 con su hermano gemelo. Tenían mucho éxito, sobre todo en Torremolinos, y se disolvieron.

Les hizo a los Crich una oferta para irse a Mallorca. "Decir Mallorca en el 68 era como ir a la luna", dice Arturo Cárdenas, con su foto de batería con melena en la camiseta. Estuvieron en Mallorca hasta 1974, "los cuatro acabamos con inglesas". En una actuación en Sevilla, agosto de 1968, eclipsaron a Los Bravos y Karina. "Yo trabajaba en una oficina de barcos y mi jefe me felicitó".

El nombre de Los Payos se lo puso el dueño del cabaré Oasis "el día que Massiel ganó Eurovisión", recuerda Josele Moreno. Eduardo Rodríguez Rodway se fue a Triana; Luis Moreno, a Alameda; y Josele, al especial Nochevieja 75 con el teléfono, tras Sara Montiel. Entre los patriarcas, aparece Antonio Marín. De Los Delfines pasó a Los Tres Españoles. "Veinte años recorriendo el mundo. Nos vio hasta el Sha de Persia". Vocación que nació "el día que mi padre me compró una guitarra en el Jueves".

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