Sevilla

"Hay que captar a rusos y británicos para que descansen de las vacaciones"

  • Juan José Domínguez Labrador. Desde su despacho de Laredo ve montar y desmontar los palcos de Semana Santa. Su padre fue concejal del alcalde que cambió la Feria de sitio

EMPEZÓ de ordenanza con 18 años en el Patronato de Turismo y hoy Juan José Domínguez (Sevilla, 1970) es adjunto al gerente del Consorcio de Turismo.

-¿Sus primeros viajes?

-Del almacén a Correos con el material de las promociones. Estaba en el Pasaje de los Seises. Empecé el 27 de mayo de 1988.

-¿Cambió su vida?

-En todos los sentidos. En el Patronato de Turismo conocí a Saida, mi mujer. Es sobrina de Pinito del Oro. Mi suegro también era trapecista, vivieron por medio mundo, lo contrataban en el Moulin Rouge, hasta que llegan a Niebla y ella estudió Turismo.

-¿Qué es el Consorcio?

-En el año 88 se empieza a hablar de turismo rural, que no existía. La Diputación se queda con el Patronato, el turismo de la provincia; el Consorcio, el de la ciudad.

-¿Compiten las ciudades?

-La productora de Juego de Tronos tenía que elegir entre la Alhambra de Granada y el Alcázar.

-Su padre, Cayetano González, fue concejal. ¿Qué recuerda?

-Fue concejal con el alcalde Juan Fernández. Yo era muy pequeño. Sí recuerdo el coche de caballos que el Ayuntamiento tenía en la puerta de la caseta municipal para llevar a visitas destacadas. El Ayuntamiento sigue teniendo dos coches de caballos.

-Han contado 25 razones para venir a Sevilla...

-Hemos repartido un libro con texto de Paco Robles y fotos de Antonio del Junco. Se actúa hacia fuera, yendo a las ferias internacionales, a Fitur, Londres, Berlín; y hacia dentro. Vino un periodista del New York Times. Nos pudo costar atenderlo 300 euros a cambio de dos páginas en uno de los periódicos más influyentes del mundo.

-¿Por qué vienen a Sevilla?

-Por su patrimonio, por su cultura, por la gastronomía. Más de 650.000 personas vinieron el año pasado a Andalucía por la gastronomía. En el norte se guisa, en el centro se asa y en el sur se fríe.

-¿Y la canción del verano?

-El turismo de verano en Sevilla es uno de los retos más importantes. Lo era la Navidad y ahora es un destino muy demandado. Vamos a hacer una promoción en las costas, a la gente que va a Chiclana, Conil o Marbella, para que descansen de las vacaciones. Dirigida al turismo internacional, sobre todo captar rusos y británicos. En Chiclana veranea mucha gente del País Vasco, hay que tratar de que vengan a Sevilla, a las Noches de los Jardines del Alcázar, es año de Bienal de Flamenco o Mundial de Baloncesto.

-Ocho apellidos vascos y ochocientos apellidos 'gaélicos'...

-Juego de tronos puede suponer para la ciudad seis mil contrataciones y cien millones de euros.

-¿Hay turismo religioso?

-Estamos preparando la ruta de Santa Teresa en el quinto centenario de su nacimiento, visitas al convento de Mateos Gago y el castillo de San Jorge. No soportaba el calor de Sevilla.

-¿Siguen los cicerones?

-Hemos puesto en marcha un proyecto para universitarios. Van con tablets ayudando a la gente a buscar alguna ruta. Les cuenta como créditos y al final forman parte de la marea roja que va a Fitur a promocionar Sevilla.

-¿Un espejo de Sevilla?

-Quizás Florencia. El destino por excelencia es Nueva York, aunque mi ciudad es París, porque allí vivió mi mujer.

-¿En turismo, las ciudades son ciudades-estado?

-Somos más aliados que competidores. Sevilla preside la red de ciudades AVE, 23 ciudades. Estamos también en la Ruta de la Plata, la de ciudades con judería.

-¿El descenso del Betis restará visitantes?

-Yo soy sevillista, pero lo ideal es que los dos equipos estén en Primera y en competición europea.

-Con Alfonso Grosso, Sevilla ha vivido un 'Florido Mayo'...

-Nos examinan mensualmente y en mayo sacamos sobresaliente o matrícula de honor.

-¿La ciudad se vende sola?

-Hace falta una tarea de comunicación, de comercialización. Antes, para ver un musical tenías que irte a Madrid, ahora puedes ver Los Miserables en Fibes, donde te deja el Cercanías. En la Venta Antequera hay una parada de Tussam. En Madrid tardas una hora en taxi en llegar a Ifema.

-¿Cuántas veces subió a la Giralda que ve en su despacho?

-Cuatro o cinco. Voy mucho al Alcázar, al Museo de Bellas Artes y recomiendo a los sevillanos que suban al autobús turístico.

-¿Cómo surgió su vocación?

-Porque era muy mal estudiante. Me gustaba mucho el trabajo de oficina y le dije a mi padre que quería trabajar en Cunia (Central Lechera de Sevilla y Huelva). Un día me despertó a las cinco de la mañana y me dijo: te está esperando el camión para el reparto.

-¿Qué daña más al sector, la crisis o la palabra crisis?

-La crisis vino muy bien para que se pongan las cosas en su sitio. Ha vuelto al turista mucho más exigente. Ahora miran la factura.

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