Calle Rioja

La especie que necesita abrazos para sobrevivir

  • Testimonio. En 'El abrazo de los peces', el cineasta sevillano Chema Rodríguez narra la experiencia de su hija sordociega, una de las usuarias del centro Santa Ángela de la Cruz.

IGUAL que Sofía Coppola, Isabella Rossellini o Verónica Forqué, Clara Rodríguez es actriz e hija de director de cine. A Francis Ford Coppola, Roberto Rossellini o José María Forqué les hubiera gustado filmar una película con la sensibilidad de El abrazo de los peces, el trabajo más difícil en la filmografía del sevillano Chema Rodríguez. La película que utilizó como terapia para sí mismo y su familia cuando supo que había tenido una niña sordociega, "un pez de una rara especie que necesita que le abracen para sobrevivir". Peces y abrazos, los dos sumandos de una conmovedora película que tiene como hilo conductor las canciones del uruguayo Jorge Drexler.

Chema Rodríguez no pudo asistir al Fnac, donde ayer se proyectó su película dentro del ciclo Una mirada documental que el segundo lunes de cada mes presenta Miguel Olid. El cineasta está terminando su próxima película y estuvo muy bien representado. A la proyección acudió otra de las intérpretes de El abrazo de los peces. Gennet Corcuera Fernández de la Reguera (Addis Abeba, 21 de abril de 1981), es una etíope que nació con sordera y fue perdiendo gradualmente la visión. Llegó a España con siete años y su proeza fue comparable a la de su compatriota Abebe Bikila cuando entró descalzo en el Capitolio para obtener el oro en el maratón de los Juegos Olímpicos de Roma de 1960. Gennet no ve, no oye y su olfato es prácticamente inexistente. "El tacto es su vida", dice Erika Romero, su intérprete de signos. Con esas limitaciones, que para nada son límites, es la primera sordociega que logró una diplomatura en España. En Ciencias de la Educación.

Esta joven etíope trabaja como monitora en el Centro Santa Ángela de la Cruz, ubicado en la carretera de Gerena, término munuicipal de Salteras, único que existe en toda España para la rehabilitación de personas sordociegas. Cuenta con 23 usuarios de su residencia, una de ellas es Clara Rodríguez, y con quince en su Unidad de Día. El centro lo inauguró la reina Sofía el 26 de octubre de 2010 y pertenece a Apascide, Asociación Española de Familias de Personas con Sordoceguera. Colectivo que el próximo 22 de junio celebra su día.

A la proyección de la película acudieron dos de las 57 personas que trabajan en el centro: Ro Torres Santiago, gallega de Salcedo (Pontevedra), mediadora, profesora de Educación Especial, intérprete del lenguaje de signos, y Aida Hernández, cordobesa de Encinas Reales, psicóloga. Las dos llegaron al centro a través de la Once. "Me hice cargo de una niña sordociega, Inés, hija de la presidenta de la Asociación", cuenta Aida, que también forma parte del elenco artístico y fue una de las primeras en recibir a Clara Rodríguez cuando sus padres dieron el paso decisivo.

Junto a ellas se cuentan otros casos. Como el de Norberto, un aficionado a la música, madridista, nieto de azulgrana; o José María, un apasionado del submarinismo y de la escultura. Los testimonios de las madres son conmovedores. "Yo siempre he sido una cotorra y saber que había tenido un niño con sordera fue una cosa espeluznante"... "Tendrás sordera, ceguera y unas cuantas cosas más, pero una madre triste desde luego que no".

Al cineasta Chema Rodríguez le costó doce años aceptar el rol de que era padre de una niña sordociega que en la película apaga las velas de la tarta de sus 18 años. Por exigencias profesionales, viajaba por todo el mundo -Guatemala, Mongolia, África- y confiesa que lo hacía "para huir de mí mismo, de Clara, de mi familia". Su mujer, Isabel, viajaba por un mundo mucho más interior, el de los logopedas, el de los médicos que le decían que de la pubertad no pasaría. "Se va a morir, no te encariñes", se decía a sí mismo su padre. Encontraron un cómplice excepcional, un gladiador, su hermano pequeño, que nació bastantes años después y se convirtió en el mejor terapeuta. Además de la metáfora de los peces y el acuario, Chema Rodríguez se dice a sí mismo que Clara es un ser que les fue enviado desde el planeta de Ganimedes y que cualquier día volverá.

Cada noche era una pesadilla por si se cumplía ese ultimátum. Cada amanecer, un regalo, una propina. Clara es uno de los iconos del folleto de Apascide, un modelo en toda Europa, encabezado con una frase de Helen Keller: "La noche de la ignorancia y de la insensibilidad es la única tiniebla impenetrable". Miguel Olid conoció el centro Santa Ángela de la Cruz haciendo un trabajo para el programa de Canal Sur televisión Los Reporteros, cuya presentadora, Esther Martín, también acudió a la proyección y departió muy cordialmente con la monitora etíope.

A Gennet le encantan las biografías y las películas cuando se las cuentan bien. El abrazo de los peces no hace falta que se la cuenten porque es una parte fundamental de la misma. Ha recorrido media España hablando de su experiencia. También pasó por la Mancha. "El Quijote es un libro muy gordo", dice con esos dígitos llenos de sílabas desde su imperio de los sentidos.

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