YA tiene un motivo para viajar por quinta vez a Los Angeles: su quinto trabajo cinematográfico. Julián Lara (Sevilla, 1975) empieza hoy en La Harinera, antigua fábrica de Alcalá de Guadaíra, el rodaje de Sweet Blood (Sangre Dulce), un corto con el bailaor Rafael Amargo de matavampiros.

-¿Por qué los cortos remiten al cine y los largos a la natación?

-Porque a la gente le gusta mucho el deporte. A mí me gusta el cine. Ni el deporte ni la política.

-¿Le gusta más el cine gore que el cine de Al Gore?

-Me gustan los dos. Soy admirador de Al Gore. No me gusta la política, pero me fastidió mucho cuando perdió las elecciones.

-Podía aprender de Gutiérrez Limones, su alcalde de Alcalá, que gana siempre por goleada...

-Es verdad.

-¿Le ha abierto puertas la buena relación de Gutiérrez Limones con el presidente Zapatero?

-Tengo más trato con Monteseirín que con Limones. Soy un admirador de Monteseirín. Me parece un gran alcalde para Sevilla. Coincido más con él que con mi alcalde en actos y festivales.

-El alcalde de Sevilla hizo un cameo en una película de Antonio Cuadri.

-Me encantaría tenerlo en alguna de mis películas.

-¿Aspira a arrebatarle a Carmona el cetro de los rodajes?

-He rodado todas mis películas en Alcalá de Guadaíra excepto la secuencia final de mi primer largo, Deadhunter: Sevillian Zombies, que lo rodé en los túneles de la estación del Metro de Nervión, que trataba de que los zombies salían de las obras del Metro.

-Un argumento muy actual.

-Rodé, pero aún no he podido montarme en el Metro. Estoy deseando. Espero que haya muchos zombies.

-¿Conoce el cine de su paisano Claudio Guerin Hill?

-Vi La campana del infierno. Se mató en el rodaje. Me pareció entretenida, aunque a mí me va un terror un poco más sustancioso.

-¿Hay panaderos en su familia?

-Yo soy de Sevilla. Me fui a Alcalá con cinco años.

-¿Qué tal con los muertos vivientes?

-De pequeño era fan de Georges A. Romero. Lo sigo siendo y ahora soy colega. Lo conocí en el festival de Sitges y nos comunicamos por e-mail. Con 70 años sigue haciendo películas de zombies.

-¿Dónde estaba el 2 de octubre de 2007?

-Preparando el equipaje, porque el día 4 salía a Sitges. La inundación fue espantosa. La suerte mía y de mi familia es que vivíamos en las afueras de Alcalá.

-Todas sus películas tienen títulos en inglés. ¿Cuándo dará el salto a Hollywood?

-En cuanto me salga la oportunidad. Hay gente que ha hecho menos que yo y ha triunfado. Para mí triunfar es vivir y trabajar allí. He estado cuatro veces en Los Angeles y espero ir por quinta vez en septiembre al Festival de Cine Latino. Los Angeles es para mí el paraíso. Cuando llego al aeropuerto me quedo atontado. Nunca antes me había enamorado de una ciudad. La ciudad no se va a ir. Soy yo el que tiene que volver.

-Va a festivales de cine fantástico. ¿La realidad es fantástica?

-Creo que sí. Que tengas el coche, el trabajo, la mujer y el dinero que tú quieras.

-La crisis financiera y la caída de la venta de coches desmienten esa teoría tan optimista...

-Es lo que nos quieren vender los medios. Cuando el mundo iba de puta madre, yo estaba en crisis. Cuando el mundo está en crisis, yo estoy de puta madre. Cuando el mundo entraba, yo estaba saliendo. Estoy en el mejor momento de mi vida. Artística y económicamente. Yo no vivo del cine.

-¿De qué vive?

-En General Dinamics, una multinacional de armamento. De lunes a viernes, de siete a tres. Todo lo que no sea eso, para el cine y para mi gente. Lo que gano me da para pagarme los viajes a los festivales. Si quieres ser alguien tienes que estar ahí.

-Dicen que tiene contactos con Santiago Segura y Banderas...

-A Santiago Segura lo conocí en la Gran Vía y a Banderas en el rodaje de El camino de los ingleses. Admiro a Banderas desde que llegó a Estados Unidos. Llegó y triunfó. Hay mucho envidioso en el mundo. Yo me alegro de que triunfen los demás. Lo que quiero es triunfar yo. También conozco a Álex de la Iglesia, a Paco Plaza, a Nacho Vigalondo, que estuvo nominado a un Oscar y escribió el prólogo de mi libro Directed by.