Cinco entidades ciudadanas (Ecologistas en acción, A Contramano, Asociación en Defensa del Territorio del Aljarafe, Aljarafe Habitable y Valencina Habitable) presentaron ayer sus alegaciones a los anteproyectos del Metro para defender que las tres líneas que quedan (2, 3 y 4) se construyan en superficie en el mismo plazo (2018-2020) y con el mismo dinero (1.000 millones) con que la Junta ha prometido iniciar en 2011 los 18 kilómetros de "tramos prioritarios", los únicos que hasta ahora tienen financiación pública asegurada.

Los trenes circularían en plataforma reservada y con prioridad de paso en los semáforos. Las entidades han calculado que el dinero daría, incluso, para prolongar las tres líneas a los municipios del Aljarafe y el área metropolitana, un extremo que no contemplan los anteproyectos. El trazado de las asociaciones tendría una longitud total de 50 kilómetros, por encima de los 42 previstos por la Junta, que se ciñen al municipio de la capital.

Con el panorama económico actual de crisis, y teniendo en cuenta que la Junta sólo cuenta por ahora con 1.000 millones de euros para gastar en el Metro de Sevilla, las asociaciones aseguran que "el área metropolitana de Sevilla no puede esperar 20 años a tener las tres líneas que faltan". Los planes de la Junta apuntan a inaugurar en 2017 los tramos más urgentes (suponen el 42,8% de la red) pero sin conexiones metropolitanas y a dejar sin fecha el 57,2% de las líneas restantes. Al menos hasta que acabe la crisis económica.

Las asociaciones citadas defienden las ventajas de un Metro en superficie y proponen que se abra un verdadero debate ciudadano sobre este tema porque la red de Metro que aprobó la Junta diez años atras defendía precisamente líneas superficiales en su mayoría. Los trazados masivamente subterráneos que se reflejan en los anteproyectos (sometidos a alegaciones públicas hasta el próximo martes 31) contradicen el Proyecto Básico de la red de Metro que aprobó la Junta de Andalucía en 2001, denuncian las entidades firmantes.

"La línea 1 aumentó su presupuesto más de un 50% de lo proyectado aumentando los plazos de su construcción varios años. Se impone una reflexión hacia el Metro en superficie con plataforma exclusiva y con prioridad semafórica (...) Es evidente que la opción preferente en superficie es la única posible y viable. Con el dinero disponible (1.000 millones de euros) se podrían tener en operación en 2018-2020 las tres líneas que restan con sus correspondientes conexiones metropolitanas", reza el documento de alegaciones presentado ayer. En opinión de los firmantes, "construir y consolidar un sistema de transporte público que modifique las actuales tendencias de insostenibilidad del sistema de movilidad de la Aglomeración Urbana de Sevilla es un objetivo inexcusable y que deberá hacerse realidad en el medio plazo. Para el año 2018-2020, Sevilla y su área de influencia han de contar con un sistema capaz de absorber la mayoría de los viajes que se realizan diariamente".

El argumento económico de las asociaciones alegantes se basa en hacer el mayor número de tramos de Metro con el dinero que hay y en el mismo plazo. Recuerdan que 1 kilómetro de Metro en superficie cuesta 5 millones de euros, sin contar los gastos de la reurbanización posterior, frente a los 36 millones que vale con tuneladora y los 18 millones con muros-pantalla (túnel a menor profundidad). En suma, que un Metro superficial es siete veces más económico que con tuneladora y casi cuatro veces más que con pantalla.

El documento incluye sugerencias referidas a cada línea. Sobre la línea 2, las cinco asociaciones piden extenderla a Camas haciéndola más superficial, que se dé marcha atrás al soterramiento casi completo, que se planteen alternativas en superficie en línea con el proyecto básico de la red de Metro de 2001 aprobado. Piden que se priorice el transporte público sostenible como marcan los planes de transporte metropolitano, el Potaus y el POTA.

En la línea 3, recuerdan que el Plan de Sevilla (PGOU) recomienda un Metro en superficie en plataforma reservada por la ronda histórica para convertir en eje peatonal su parte oriental, pero el anteproyecto lo descarta por un trazado subterráneo por "gran impacto" que generaría al tratarse de una "zona sensible". También plantean integrar el Metrocentro con la línea 3 y cambiar el ramal de acceso a las cocheras en Pino Montano para hacerlo pasar entre el arroyo del Tamarguillo y la SE-20, reduciendo así la afección a la zona verde prevista entorno al arroyo. En la línea 4, se oponen a las cocheras en el Parque del Alamillo (habría que modificar el PGOU), apuestan por quecompartan instalaciones con otra línea. Piden que rodee el Parque Celestino Mutis para no dañarlo.