El monumento al papa Juan Pablo II, que está ultimando el profesor de Bellas Artes e imaginero Juan Manuel Miñarro, se podrá contemplar a partir del mes de abril. La idea es que la escultura, que mide 2,45 metros, se exponga al público una vez esté terminada. Desde la plataforma promovida por José María González-Alorda, entre otras personas, se prevé que la exposición se celebre en abril. Respecto al lugar se está barajando la sala Chicarreros, sede de Cajasol. José María González-Alorda indicó ayer a este periódico que el objetivo es que el monumento a Juan Pablo II esté ubicado el próximo 1 de mayo, día que será beatificado el primer Papa polaco, en el lugar autorizado por el Ayuntamiento. Por ello, antes de colocar la imagen, quieren presentarla a los sevillanos.

Su posible ubicación levantó la polémica no sólo entre sus promotores y las administraciones, sino también entre los propios ciudadanos. Así, la plataforma Sevilla Abierta comenzó una campaña para que el monumento no se levantara en la Avenida de la Constitución, y sí en el interior de un recinto religioso.

La primera intención de los promotores del proyecto era que la escultura del Papa que visitó Sevilla en los años 1982 y 1993 fuera situada en el entorno de la Catedral y la Avenida de la Constitución, concretamente, en la esquina suroeste del monumento, delante del famoso magnolio. Tanto el Ayuntamiento como la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía han mostrado escaso interés en el proyecto de este grupo de personas, que han realizado una cuestación pública para sufragar los gastos de la escultura, unos 90.000 euros, aproximadamente. Una "actitud pasiva" denunciada por los miembros de esta plataforma.

Desde que en el año 2006 surgiera la idea de hacer un monumento a Juan Pablo II, han enviado varias cartas tanto al Ayuntamiento como a la Delegación de Cultura. Escritos sin respuesta. "Aún no hemos recibido ninguna contestación ni positiva ni negativa por parte de la Administración", declaró Ricardo Suárez, coordinador técnico y artístico de la obra.

La Hermandad de la Macarena llegó incluso a ofrecer el atrio de la basílica para el monumento, pero la junta de gobierno rechazó la propuesta de su hermano mayor, Manuel García García. Los oficiales, reunidos el pasado mes de octubre, consideraron que el recinto de acceso al templo de la Macarena no era el lugar más indicado para acoger un monumento de estas características.

Actualmente, hay fechas previstas, pero no hay un lugar fijo para erigir la escultura. Sin embargo, el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, apoya absolutamente este proyecto y animó a los promotores a que continuaran con la idea. Es más, se comprometió a buscarle el mejor lugar dentro del recinto de la Catedral en el caso de que desde el Ayuntamiento no se ceda el lugar solicitado, según explicó González-Alorda. Si así fuera se colocaría, previsiblemente, entre la reja y el patio que hay en la Puerta de los Palos de la Catedral.

Los promotores del proyecto desean que esta imagen sea como la de Santa Ángela de la Cruz y que los sevillanos puedan acceder hasta ella y le puedan colocar flores. "Una imagen de devoción pública", resumió Ricardo Suárez, que advirtió que están hartos de enviar cartas y documentos al Ayuntamiento, sin éxito alguno. Aún faltan cuatro meses y esperan alguna respuesta para que el día 1 de mayo la figura de Juan Pablo II pueda estar expuesta en la ciudad, al menos de manera provisional hasta que le otorguen el lugar definitivo.

Por su parte, el imaginero Juan Manuel Miñarro se encuentra estos días dando los últimos retoques al modelo que servirá, posteriormente, para fundir la escultura de bronce. Miñarro indicó ayer que está ultimando algunos detalles como las manos y la mitra, que es igual a la que usó en la beatificación de Santa Ángela de la Cruz, en 1982 y que llevaba incorporados ramos de flores.