La Crónica

Córners, ¿a favor? (2-2)

  • El Sevilla recupera un punto ante el colista Racing tras regalarle los dos goles al rival en sendos saques de esquina que botaron los blancos. Los locales estuvieron lejos del ritmo de otros días.

Sabor agridulce para el Sevilla. El equipo de Marcelino mantuvo ante el Racing el cartelito honorífico de invicto después de contabilizar nueve partidos en su casillero y eso cobra especial valor por haberlo logrado en el tiempo de prolongación, cuando ya casi nadie creía en ello. Pero ésa es la visión dulce de una noche bastante agria por dejar escapar dos puntos indispensables por el hecho de afrontar a un rival que estaba en el sótano de la tabla clasificatoria y, sobre todo, aunque no sea matemática pura, por hacer inútil la igualada del pasado sábado en el Camp Nou. Porque sí es matemática pura el 3-2, es decir, que un triunfo ante el Racing valía tres puntos y que los dos empates, por muy emotivo que fuera uno de ellos, equivalen a dos puntos en la tabla clasificatoria.

 

Primer párrafo para explicar con números en la mano las sensaciones que le pueden quedar a los sevillistas en estos momentos, pero conviene girar con urgencia hacia el análisis puntual de una sangría que ya era habitual en el Sevilla de los cursos precedentes y que tampoco Marcelino ha conseguido taponar de momento. La pregunta es fácil: ¿los córners que botan los sevillistas son a favor o en contra? En las estadísticas del encuentro figura que los blancos se dirigieron a la posición de saque de esquina en 13 ocasiones y eso, en teoría, debería ser una circunstancia muy favorable, sobre todo si se dispone de lanzadores como Campaña o como Rakitic, por mucho que éste estuviera en el banquillo al principio. Si a eso se le suma que los cabeceadores también generan peligro, como se demuestra con los dos goles anotados por Manu del Moral con la testa, pues parece evidente concluir que esas jugadas deberán reportar un rédito al equipo.

 

Nada más lejos de la realidad. Los saques de esquina ¡a favor! cabe contabilizarlos en el debe y con números muy rojos en este caso. Porque el Racing de Santander anotó sus dos goles, los dos, y tuvo incluso alguna ocasión clara más en acciones que vinieron precedidas por saques de esquina a favor del Sevilla. En la primera de ellas, la de los goles porque hubo más, fue Jesús Navas quien saltó de manera timorata a por un balón que tenía a su disposición para llevárselo con anterioridad. A partir de ahí contra por el centro, Escudé demuestra que su físico no está para jugar dos partidos completos y exigentes en cuatro días, toda la zaga permite que la pelota llegue a Adrián y, para colmo, Campaña llega sin aire para saltar en el área propia y despejar, que era lo más fácil. Ariel, lógicamente, agradece la concatenación de circunstancias y empata.

 

En la segunda jugada, escasos minutos después, es Medel, el último hombre, quien no sabe qué hacer con un balón y en lugar de jugarlo atrás hacia Javi Varas lo rifa hacia el costado derecho del ataque sevillista. Pelota para el Racing y todo el Sevilla descolocado hasta el punto de que Coke no llega a despejar cuando ejerce eventualmente de lateral izquierdo y Jairo es quien agradece esta vez la dádiva.

 

Sí, el Sevilla había echado por la borda todo el esfuerzo del primer periodo, por mucho que se viera más reflejado en el marcador que en el juego, y unos prometedores diez minutos del segundo acto. El Racing, el peor equipo de Primera hasta anoche y por deméritos propios, se ponía por delante con muy poquito, con dos saques de esquina a favor del Sevilla que se convirtieron en su peor enemigo, algo que ya no es nuevo para los blanquirrojos.

 

El Sevilla llegó a salvar un punto y eso sí le puede dejar un poso de cierta satisfacción y lo consiguió gracias a que apareció a última hora el guante de Rakitic, pero no fue suficiente. Para empezar, Marcelino, tal vez porque la plantilla sea más corta de la cuenta, se olvidó de refrescar al equipo después del tremendo esfuerzo de Barcelona. Sólo Coke y Spahic no habían sido titulares en el Camp Nou y el ayer lateral derecho también había tenido minutos exigentes. El resultado fue un ritmo bastante menos elevado que en las anteriores citas caseras en el arranque del choque.

 

El Racing, incluso, llegó a dominar de partida, pero se topó también con Javi Varas y los locales pudieron enderezar la cosa en una acción a balón parado rematada por Manu del Moral. Afortunadamente para el Sevilla, no había sido córner sino falta, pero hasta eso posibilitó que un saque de esquina inmediatamente posterior que botó también Campaña acabara con un paradón de Toño a Spahic. Era casi un milagro, sobre todo si se tiene en cuenta lo que llegaría después. 

 

Porque a pesar de que el Sevilla tuvo diez minutos iniciales aceptables tras el intermedio, permitió que el Racing pudiera darle la vuelta al marcador casi sin darse cuenta. Ya había salido Negredo por Armenteros, ayer punta, con 1-0 a favor para evidenciar que los dos delanteros son un dogma de fe para Marcelino. Sí acertó el asturiano cuando con la soga al cuello del 1-2 se la jugó y apeló a una defensa de tres para dar entrada a Rakitic y Luis Alberto. Tampoco fue un Sevilla exquisito, pero sí ocupó algo mejor los espacios hasta que llegó ese centro inesperado de Rakitic hacia Manu del Moral. El Sevilla sigue invicto, y ésa es una verdad inobjetable, pero tal vez debería lanzar todos los saques de esquina a favor hacia Javi Varas. O  aprender a defenderlos, al menos.

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