Sexto festejo del abono de la maestranza

Castaño y Aguilar destacan en una decepcionante corrida de Cuadri

  • El leonés y el madrileño se entregan con lotes complicados y escuchan sendas ovaciones tras no acertar con el verduguillo. El sevillano Antonio Barrera, silenciado.

El retorno de la ganadería de Cuadri a la Maestranza tras varias temporadas ausente y su reciente triunfo en el triangular con Victorino Martín y Miura en Castellón, constituían dos atractivos añadidos para una de las corridas toristas más esperadas. Pero tras lo visto ayer, la fachada se impuso al interior. El encierro, con un trapío excelente -segundo y cuarto fueron ovacionados de salida-, decepcionó en su juego. Dentro del festejo, destacaron por su pundonor el leonés Javier Castaño y el madrileño Alberto Aguilar; aunque no consiguieran trofeos.

Javier Castaño realizó una faena muy meritoria ante el segundo toro, que no llegó a romper. Sobó mucho al animal en una primera fase, fundamentalmente por el pitón derecho. Y llegó más a los tendidos cuando acortó distancia y se dio un arrimón importante, con muletazos y adornos en la misma cara del cornúpeta. En la suerte suprema, tras un pinchazo, se tiró de verdad para una estocada hasta la bola, que no fue decisiva y precisó de cuatro golpes de descabello.

Ante el quinto, muy peligroso, retomó su papel de gladiador, tras lucirse en un par de lances a la verónica. En banderillas, David Adalid prendió un primer buen par y se gustó en el segundo, escuchando una de las ovaciones más sonoras de la tarde. Ya en las afueras, con la montera puesta -rememorando a Luis Francisco Esplá-, Castaño intentó esbozar muletazos con la zurda, a cambio de hachazos a la velocidad del rayo. Con la diestra se la jugó en una labor desigual, con demasiados enganchones. Lo más valorado por el público llegó en un arrimón final, en el que asustó al respetable, que veía como una y otra vez, los astifinos pitones del cuadri le rozaban las femorales.

Alberto Aguilar, otro diestro curtido en la dureza, dio la talla. Tuvo en suerte en primer lugar un toro mentiroso en el primer tercio; ya que tras un puyazo de largo al relance, por el que derribó, cantó la gallina en el segundo, en el que huyó. En la muleta tuvo recorrido por el derecho y mucho peligro por el izquierdo. Aguilar, tras una apertura, con buenos muletazos, muy aplaudida, estuvo algo acelerado en un principio. Poco a poco, fue asentando las zapatillas y corriendo la mano más despacio. Se libró, por reflejos, de una cornada cantada cuando manejaba la izquierda. El madrileño, inteligente, tapó la cara al astado y le sacó el máximo partido. Tras una estocada, dio hasta cuatro descabellos.

Con el imponente y complicadísimo sexto, se mostró muy tesonero. Era imposible ligar los muletazos y, aún así, el torero se cruzaba, una y otra vez, para citar. En el cierre logró un manojo de naturales con calidad. De nuevo dio un mitin con el verduguillo.

Antonio Barrera realizó una labor anodina, con unipases, al primero, un toro tardo. Lo mejor del trasteo fue el inicio, con largos muletazos genuflexos, y un cierre en el que con la diestra llegó a ligar en una tanda bien hilvanada. Ante el cuarto, un ejemplar imponente de 650 kilos, aunque bien distribuidos y con una encornadura más que respetable, el sevillano expuso en un comienzo de trasteo, en el que el toro fue imponiendo su ley. Además, falló reiteradamente con el verduguillo. Lo mejor, los lances a la verónica de recibo.

Ganadería: Corrida de Cuadri, en conjunto, de imponente trapío y complicada. Toreros: Antonio Barrera, de azul y oro, con cabos negros. Media y dos descabellos (silencio tras aviso). En el cuarto, casi entera caída y cinco descabellos (silencio). Javier Castaño, de azul y oro. Pinchazo, estocada hasta la bola y cuatro descabellos (saludos tras ovación y aviso). En el quinto, pinchazo y estoconazo (silencio). Alberto Aguilar, de azul y oro. Casi entera y cuatro descabellos (saludos tras ovación y aviso). En el sexto, estocada corta y siete descabellos (silencio tras aviso). Incidencias: Plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla. Martes 17 de abril de 2012. Algo más de media entrada en tarde agradable en lo climatológico. En cuadrillas, saludó en el quinto David Adalid, tras parear muy bien.

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