Séptimo festejo del abono de la Maestranza

Nazaré, herido, y Fernández consiguen sendos trofeos

  • El nazareno cae herido de pronóstico leve por el quinto toro, al que corta una oreja tras mantenerse en el ruedo · El camero gana su premio en el sexto.

En el espectáculo, que transcurría por la senda del aburrimiento, se abrió un rayito a la esperanza cuando el quinto toro repetía y repetía como el conejo del anuncio de las pilas. El ejemplar de Fuente Ymbro, cinqueño como toda la corrida, presentaba un trapío descomunal. Antonio Nazaré, en las afueras, con la diestra, hilvanó muletazos en tandas cortas. Cuando lo vio claro consiguió dos series, por ese pitón, que calaron en el público. Por el izquierdo, el toro le enganchó la tela. Cuando citaba de nuevo con esa mano, el astado le lanzó una cuchillada certera a los gemelos de la pierna derecha. Cayó feamente. Nazaré se mantuvo en el ruedo, sangrando desde la pantorrilla a la zapatilla, con el público impresionado. Y tras unas manoletinas entró con decisión para enterrar la mitad del acero. Tras cobrar la oreja y comenzar la vuelta al ruedo entró al callejón por un burladero y, entre una ovación clamorosa, pasó por su propio pie a la enfermería.

El último capítulo de la función de ayer tuvo como protagonista a Esaú Fernández, en una actuación decidida y en la que logró buenos muletazos. El halcón de Camas se la jugó en una larga cambiada de rodillas a portagayola, en la que el astado le buscó con agilidad de cuello. En los medios, fue buscando la veta de la bravura y nobleza del burel, brillando tanto con la diestra como al natural. Hubo ligazón en un par de series y muletazos templados. Lo más logrado fue una tanda con la diestra, en la que barrió la arena con las bambas de la muleta. Algunos remates, como una preciosa trincherilla, le dieron valor a una faena en la que tras una estocada fue premiado con una oreja; todo ello tras la incertidumbre que durante mucho tiempo aportó el toro, que se resistía encastadamente a morir.

Todo lo anterior tuvo escasa historia. Salvador Cortés, el otro actuante de una terna sevillana, realizó una faena desigual con el toro que abrió plaza, con movilidad. Y con el flojísimo cuarto concretó una labor que fue silenciada.

Nazaré, ante el segundo, que se defendió por su carencia de fuerzas, no pasó de apuntes. Y Fernández aportó entrega, desde una larga cambiada de rodillas frente a toriles hasta el cierre de una labor marcada por unipases a un flojo animal.

El séptimo festejo del abono no dejó mala nota si lo comparamos con otros que han alcanzado el grado de plúmbeos por su excesiva duración. Ayer, el espectáculo, medido en ese sentido, levantó el vuelo prácticamente en su epílogo, al dar el paso adelante Nazaré, con el añadido de la emotividad de una cornada por su entrega, y el sobrevuelo de El halcón de Camas, con airosos muletazos, especialmente con la derecha, barriendo el dorado lomo del albero maestrante.

Ganadería: Corrida de Fuente Ymbro, cinqueña, bien presentada, floja y de juego variado. Los mejores, primero, quinto y sexto. Toreros: Salvador Cortés, de azul y oro. Entera (saludos tras ovación, con protestas cuando quiso dar una vuelta al ruedo). En el cuarto, dos pinchazos y pinchazo hondo (silencio). Antonio Nazaré, de lila y oro. Casi entera (silencio). En el quinto, media (oreja). Esaú Fernández, de sangre de toros y oro. Entera (silencio). En el sexto, entera (oreja). Incidencias: Real Maestranza de Sevilla. Miércoles 18 de abril de 2012. Media entrada en tarde con nubes y claros y buena temperatura. El viento molestó en algunos pasajes de la lidia. Nazaré "herida incisa por asta de toro en región gemelar derecha que interesa musculatura del gemelo. Se evacua hematoma, hemostasia y sutura aponeurótica". Pronóstico: leve. Fue traslado a la Clínica Sagrado Corazón de Sevilla. Firmado por el doctor Octavio Mulet.

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