maría jesús martínez. cirujana plástica

"Quizá no se valora nuestra medicina por el gratis total"

-Foro Europa se ha fijado en su trabajo como cirujana plástica para premiarla junto a un grupo de profesionales españoles de muy diversos campos. ¿Por qué?

-No soy yo quien debe decir por qué me han elegido sino el jurado. En el discurso inaugural del acto, su presidente y fundador, José Luis de Salaverría, habló de esfuerzo personal, integridad, carácter emprendedor, seriedad, aunque no significa que yo reúna todas esas cualidades.

-No será usted de las que diga que la belleza está en el interior.

-Así lo pienso. Si no existe un equilibrio interior es imposible que alguien se sienta bello y, al contrario, hay gente con un físico imperfecto a la que le recomiendo no operarse. Me parecen más atractivas como son. Belleza y atractivo físico no siempre van de la mano.

-¿Hasta qué punto hoy es posible devolver a su origen un rostro dañado?

-El reto es la reconstrucción nerviosa, donde ha sido de vital importancia el avance en la medicación inmunosupresora. Mientras no se consiga recuperar un nervio que movilice la musculatura facial, siempre tendremos reconstrucciones parciales, con secuelas muy visibles. Más visibles incluso que las cicatrices, que mejoran con los años; la reparación nerviosa no, alcanza un tope y se estanca.

-25 profesionales y 30 horas se necesitaron para realizar el primer trasplante total de cara de en España, en el hospital Valle de Hebrón, en 2010. ¿Qué pensó al conocer esa noticia?

-Pensé en el altísimo nivel que tiene la medicina en España y lo poco que se valora, quizá por el gratis total. Cuando asistimos a congresos internacionales o cirugía en directo de compañeros alemanes, ingleses o norteamericanos, te das cuenta de que en España existen profesionales de igual o mejor calidad, pero seguimos arrastrando complejos, le tenemos más respeto a un apellido americano.

-Si le llega Míster Hyde, ¿usted puede convertirle en el Dr. Jekyll de nuevo?

-Si a lo que se refiere es al equilibrio psicológico, le aseguro que es clave en el éxito de nuestras cirugías. No siempre existe. Si percibimos algún desequilibrio, esa persona no es candidata a operase. La cirugía plástica puede desequilibrarla aún más. A lo largo de estos años me he encontrado con alguno y han sido casos verdaderamente problemáticos.

-En la cirugía plástica también hay mucho de capricho, ¿no?

-Hay bastante desconocimiento del tema. Ni hay el glamour que se le supone ni las consultas están llenas de modelos. Es una profesión como otra cualquiera donde acuden mujeres trabajadoras y algunos hombres, menos, que desean corregir alguna parte de su anatomía que no les gusta, bien porque han envejecido, han nacido así o la maternidad ha desfigurado lo que antes estaba perfecto. No deja de ser medicina con todos los riesgos y beneficios que ésta entraña, y ni paciente ni médico deberían obviarlo como para considerarlo un mero capricho.

-¿Ha vivido eso de la madre que le regala a la niña por su mayoría de edad un aumento de pechos?

-Claro que lo he vivido. Deben estar preparadas para afrontar cualquier contratiempo con una madurez y estabilidad adecuadas que quizás a esa edad no exista por falta de perspectiva, ya que es medicina y, como tal, existen complicaciones, reintervenciones y también éxitos, la mayoría.

-Francia tuvo que pedir a 30.000 mujeres que se quitaran los implantes por ser defectuosos. ¿Cómo se puede producir un error de ese calibre?

-Los sistemas de control han fallado. Los cirujanos no participamos en el proceso de fabricación de prótesis. No se puede responsabilizar al cirujano de todo: fabricación, transporte, comercialización... Pero sí tiene mucho que decir el profesional en la elección de los materiales y optar por los que lleven más años en el mercado, empresas solventes y conocidas, de calidad demostrada. Eso sí, todo esto tiene un precio, y no suele ser barato. Para tranquilidad de las mujeres que portan prótesis PIP he de decir que a día de hoy no hay ningún estudio que correlacione estas prótesis con enfermedad alguna en la mama. Obviamente, la calidad es mala y se rompen en un período de tiempo corto, pero tampoco esto ocasiona problemas de salud, sí económicos, aunque desgraciadamente, como en cualquier empresa que quiebra, no habrá compensación económica alguna, ya que clínicas, cirujanos y pacientes han sido engañados por igual, y sólo la empresa fabricante es responsable. Ya han sido juzgados y cumplen las penas correspondientes.

-Con la proliferación de clínicas, ¿cómo está uno seguro de ponerse en manos de profesionales solventes?

-Aplicar el sentido común. Ningún camino rápido y sencillo suele conducir a nada bueno. No busque hasta que encuentre a alguien que le diga lo que quiere oír. E infórmese en el colegio de médicos y la Secpre (Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética), naturalmente.

-El bótox, aquella fórmula mágica, ha creado un buen número de monstruos.

-Todos los excesos son malos, en cualquier campo. En cirugía estética debe primar la naturalidad. Y el cirujano debe oponerse a realizar el tratamiento si su juicio se lo indica. El paciente no es médico y desconoce el alcance de sus decisiones. Es impensable que un paciente acuerde con su médico qué abordaje le va a hacer en el cáncer de colon. ¿Por qué en cirugía plástica sí? Es una insensatez por parte del médico y una osadía por parte del paciente.

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