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Pilar Távora busca "desvelar la verdad sobre las brujas" en su nueva película

  • La directora rueda en el Castillo de la Inquisición una escena de tortura que reproduce un episodio real ocurrido en el mismo lugar · El filme, cuyo estreno está previsto en mayo, combina realidad y ficción

Los comerciantes del mercado de Triana que ayer recogían sus puestos no podían imaginar que, al mismo tiempo, se estaba reviviendo en los sótanos de la plaza de abastos -siglos antes el castillo donde operaba la Inquisición- un sobrecogedor episodio de la Historia que ocurrió en el mismo escenario: la tortura de una mujer acusada de brujería por parte de un inquisidor. Los participantes en aquel suplicio eran, en realidad, dos actores, Pilar Mora y Sebastián Haro, y la escena respondía a la filmación de Brujas, un proyecto con el que la sevillana Pilar Távora quiere revisar "la implacable persecución a las mujeres que practicaban la brujería".

La directora explica que el propósito de este docudrama es el de "desvelar toda la verdad sobre las brujas y el papel que han desarrollado en la historia de la humanidad, un papel que la gente no sabe que tuvieron". En este sentido, la cámara de Távora quiere poner de manifiesto "la importancia que tuvieron estas mujeres en la medicina, en el conocimiento de las plantas, en la salud", una erudición con la que consiguieron, incluso, "acabar con más de una epidemia".

A la cineasta le interesa "esa especie de sabiduría que se pasa de generación en generación", y reconoce su tristeza porque "todo eso se destruye, se reduce a la nada y se manipula para que bruja sea sinónimo de mujer mala, de algo relacionado con lo satánico". Una vuelta de tuerca en la que desempeñaron un papel determinante "los poderes políticos y la Iglesia", reacios a la perspectiva de que las mujeres tuvieran autoridad. "Por eso tomaron a las brujas como enemigas", añade Távora, quien afirma que "después de la Inquisición, las brujas empezaron a estar relegadas y desde entonces se les contempló como una especie de vieja que se come a los niños crudos".

A través de una estructura que alternará la realidad con la ficción, el documental con la dramatización de algunas escenas, Brujas abarca el pasado y el presente de estas hechiceras, el accidentado relato de su esplendor y declive. "Comenzamos a hablar del origen de la brujería, nos trasladamos a tiempos antes de Cristo para ver cómo la mujer se relacionaba con la naturaleza y con las plantas. Después pasamos por toda la época donde ya se toman decisiones en contra de la brujería", describe la realizadora de Yerma. Con sus lecturas, Távora ha descubiero que "es muy antigua la persecución de estas mujeres, incluso conocemos episodios del Rey Salomón". La película llega también hasta la actualidad pero, advierte la autora, "desde un punto de vista serio, diciendo que las mujeres que salen en la televisión leyendo el tarot representan otro tipo de manipulación, que eso no tiene nada que ver con lo que fue realmente el tema".

Esta producción, de la que Canal Sur ya ha adquirido los derechos de emisión, incluye filmaciones en Montilla, Aracena y Castaño del Robledo, localidades donde ya se ha rodado, y tras su paso por Sevilla se trasladará al País Vasco y Francia.

Távora, que quiere estrenar en mayo, insiste en que busca que su filme desprenda autenticidad. "Hemos contado con asesoramiento de historiadores, y recurrido a testimonios reales como los Manuales de la Inquisición. Los rituales y las oraciones que salen son tal y como se hacían. No queremos falsear absolutamente nada", asegura.

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