Los norteamericanos aficionados al género leían en los años 20 y 30 del siglo pasado Black Mask, la revista pulp en la que llegaron a publicar Dashiel Hammett y Raymond Chandler. Lo hacían en el metro, en el tranvía, en un banco del parque o -como Vincent Vega antes de morir en Pulp Fiction- aliviándose en el retrete. Antes, desde luego, tenían que pasar por su quiosco favorito. Pero ahora, en el siglo XXI, cada vez hay menos quioscos en las calles, y los que se sostienen sobreviven dedicados mayormente al negocio de las chucherías y las baratijas. Queda muy poco para que los turistas japoneses hagan fotos a quienes aún se acercan a un quiosco a comprar un periódico o una revista.

Y sin embargo aquella forma de publicar no ha muerto. Y si lo ha hecho, ha resucitado. ¿Cómo? De la mano de Black & Noir Ediciones, que a finales de noviembre puso en circulación cuatro novelas por entregas. Negras, por supuesto. Negrísimas. Persigue con su iniciativa que, como aquellos lectores de un Nueva York o de un San Francisco en blanco y negro, los de ahora lo puedan hacer también en el metro, el autobús, el tranvía, el tren, mientras acuden aún somnolientos a la oficina o regresan ya machacados de ella y espabilarlos con las historias de Rosa Ribas, David Llorente, Paco Gómez Escribano y Manuel Barea.

El proyecto recupera para las nuevas tecnologías la fórmula de las revistas 'pulp'

Ellos son los cuatro escritores que Black & Noir ha embarcado en su aventura. Sus novelas no serán leídas en papel, sino en el smartphone de sus lectores, que pueden acceder a la aplicación de la editorial, disponible para IOS y Android, descargándola desde App Store y Google Play. Cada semana se publican dos entregas de cada una de las novelas, incluyendo contenidos adicionales, que podrán adquirirse por 1,99 euros. Posteriormente a la fecha de aparición, todos los contenidos permanecerán disponibles en Black & Noir por tiempo indefinido.

Emma es el título de la novela de Rosa Ribas (El Prat de Llobregat, 1963). Su protagonista es una escritora de género negro que ha sufrido un ictus, investiga unos extraños sucesos que han ocurrido durante su hospitalización, a la vez que trata de recordar quién es, qué le pasó y qué ocurrió en su vida. Para Ribas, Premio Valencia Negra 2017, "Black & Noir es volver a lo que es el estado natural de la narración, cuando te cuentan algo y estás: ¿y después qué pasó? Es un reto para el escritor y para el lector, pendientes de la siguiente entrega a partir del continuará".

La aportación de David Llorente (Madrid, 1973) a esta colección de Black & Noir es Godot: Príncipe de Dinamarca. Es la primera novela que publica después de haber ganado el Premio Dashiell Hammett de Novela Negra 2017 en la pasada edición de la Semana Negra de Gijón. Se trata de una historia opresiva y angustiosa que presenta a "un autor dramático encerrado en su propio teatro, incapaz de abandonarlo y al mismo tiempo incapaz de permanecer allí dentro un segundo más. Se moverá como quien transita por un laberinto". Para Llorente, este proyecto es una "revolución, es el principio del cambio de la historia de la edición literaria. Hay que llevar la literatura al lugar donde actualmente más se lee y más se escribe, que es el teléfono móvil, y este es el vehículo".

"Cuando recibí el primer disparo, supe que aquello no era una broma". Así comienza #MadridPrisión, la nueva novela de Paco Gómez Escribano, Premio Novelpol de Novela Negra 2017: "Es una novela del barrio, de Canillejas, con toda la dureza del barrio pero en el año 2025, cuando los ricos se han dado cuenta de que sobran muchos pobres y sencillamente los matan". Su protagonista, El Poeta, investiga el caso de la desaparición de una "pija de intramuros y esa investigación nos llevará desde la Canillejas postapocalíptica al Carabanchel postespeluznante, un paisaje desolado en donde la gente se mata en plena calle por un trozo de pan".

Vieja entrepierna humeante es la nueva novela de Manuel Barea (Sevilla, 1989). Es otra incursión en el género negro tras Vertedero, que le valió el I Premio Valencia de Novela Negra, y Desterro. En esta obra, escrita para Black & Noir, Barea narra la historia de un sicario que decide tomarse unas vacaciones, o un intento de jubilación, en Conil de la Frontera durante el verano de 1984: "Manolo Muñoz se quiere jubilar pero en ese tipo de trabajos no puedes jubilarte". Vieja entrepierna humeante narra el encuentro del protagonista con Loti y cómo, a partir de una matanza que planean y ejecutan en un puticlub, los dos se lanzan a una huida de pura adrenalina, aniquilación y venganza. Un viaje anegado de sangre por Cádiz, Málaga, Almería, Madrid y Sevilla, puro "pulp castizo", según define Barea esta "mezcla de hardboiled, ciencia ficción y sexplotation".