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Tribuna

Julio Lorca / Jlorca@i2bc.es

Open 2.0

La creación y depreciación de neologismos nunca fue tan acelerada ni tuvo tanto impacto como ahora. Nunca antes tantos términos novedosos habían sido adoptados de forma tan rápida, claramente en sintonía con la capacidad diseminadora de la red. A pesar de que la mayoría nutren efímeras jergas blogueras, otros terminan inundando el día a día, traspasando las fronteras del mundo digital. Entre estos últimos, hay dos referencias que se alejan del dominio de las modas. Nos referimos a la Cosa 2.0 y a la Open-cosa.

Del primero se abusa con frecuencia intentando dar imagen de modernidad añadiendo el apellido 2.0 de forma casi jocosa: Casa 2.0, libro 2.0, cocina 2.0 y hasta zapatilla 2.0; cuando sólo se justificaría si la propuesta se caracterizara por el traspaso del protagonismo a las personas. La segunda es la que califica como abierta cualquier entidad: Open-source, Open-social, Open business model, Open-innovation… Y créanme, decenas de autores y estudiosos, más o menos charlatanes, nos dedicamos a gastar decenas de horas en debatir esto. ¿Qué tienen de especial estos dos conceptos?

Ho día existen tremendos desajustes entre responsabilidad y autoridad, afectando dramáticamente al propio modelo de Estado-Nación. El modelo territorial post-feudal ha facilitado el marco indiscutible de convivencia de los últimos 300 años. Hoy se detecta cierto grado de agotamiento que se manifiesta en el desfase entre el origen supranacional de nuestros principales problemas y la capacidad real de afrontarlos: el calentamiento global, las crisis del petróleo, la inmigración… ¿Y que tiene esto que ver con lo open y lo 2.0. Ambos fenómenos son la punta de iceberg de un gran cambio de paradigma. El definitivo apoderamiento de las personas como ciudadanos del mundo y su capacidad cooperativa de influencia, derivada de las tecnologías de interacción o 2.0, conformarán un nuevo marco de acción soportado en el conocimiento compartido y abierto, en la medida en que el nuevo marco se consolide como la alternativa mas efectiva de obtener valor. Lo open será algo así como: ¡hoy por ti mañana por mi; a ver que podemos hacer juntos más rápido y mejor! Si finalmente todo esto da pie a fórmulas mas eficientes de mercado y a novedosos modelos de democracia directa o, por el contrario, conformarán formas mas refinadas de control, está aún por ver. El tiempo lo dirá.

Si hablamos de una nueva forma de poder basada en el ejercicio de la sabiduría compartida del pueblo, recordemos que a lo último ya lo llamábamos folklore; palabra derivada de la raíz inglesa folk (pueblo) y de lore (saber, ciencia); no obstante, no sería muy elegante llamar a todo esto folklore 2.0. ¿no creen?

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